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La batalla de Torata, 19 enero 1823

Pedro Peralta rescata a un soldado de esta batalla: “José María Díaz Montalvo, natural de Yacango, un agricultor de la zona de Mollesaja que se enroló en el ejército de Alvarado cuando tenía apenas 21 años de edad…casado con Juana Romero, y murió el 23 de diciembre de 1900, de vejez…hijo de Tomás Díaz y Romualda Montalvo, «españoles vecinos del pago de Yacango». Hoy, allí vive la familia Díaz.

POR: VÍCTOR CASANOVA VÉLEZ     

El ejército realista de Jerónimo Valdés se retiró hacia Moquegua buscando lugares ventajosos para enfrentar al general Rudecindo Alvarado, del Ejército Unido patriota, que lo perseguía. Valdez llegó a Torata, en enero 1823, y se parapetó en las alturas de Valdivia, o Ilubaya, lugar cruzado por el camino de Puno, por el cual venía el refuerzo del general Canterac, allí esperó.

El 19 de enero de 1823, las avanzadas realistas avistaron al ejército patriota que llegaba a Torata; de inmediato, Valdez desplegó sus fuerzas para presentar batalla.

Los independentistas formaron líneas de combate en Sabaya. Su flanco derecho era la Legión Peruana de la Guardia, creada por San Martín en agosto 1821; al centro, el Regimiento del Río de la Plata (batallones N.º 7 y N.º 8 de los Andes); en el flanco izquierdo el batallón N.º 4 de Chile y el N.º 11 de los Andes; en reserva estaba el N.º 5 de Chile, los Granaderos de los Andes y la artillería.

Valdez formó al Batallón del Centro, Batallón Gerona y 50 cazadores montados, a su izquierda. El resto del Gerona, en el flanco derecho; el grueso de su caballería y artillería a retaguardia, en Ilubaya.

A las 9 de la mañana, se avistaron los combatientes y la ofensiva empezó con un vivísimo tiroteo, «fuego tan horroroso como mortífero que duró hasta las tres y media ó cinco de la tarde». Las tropas realistas disparaban por escalones retirándose lentamente hacia las alturas de Ilubaya. Los patriotas atacaban en columnas paralelas, en ascenso, desde Sabaya.

Las maniobras patriotas fueron calificadas por los jefes españoles como «débil y falto de arte«; el general chileno Francisco Antonio Pinto dice: “la infantería independentista no avanzó uniformemente, mientras los batallones de la izquierda sufrían todo el fuego enemigo, los de la derecha aún se encontraban fuera de tiro”. A pesar que el ataque ordenado por Valdés con bayoneta, cuesta abajo, dispersó la izquierda patriota y desordenó la infantería de reserva, los patriotas sostenían su lucha.

Al caer de la tarde los realistas habían logrado contener el lento avance de los independentistas; a las 5 p.m. cuando Valdés defendía las penúltimas alturas de Ilubaya, y la victoria patriota parecía cercana, hizo su aparición en Ilubaya el general Canterac, que llegaba de Puno; se adelantó para comunicar la cercanía de los refuerzos realistas, noticia que aumentó la moral de los soldados. De inmediato, Valdés ordenó el ataque pronto y general de toda la infantería y caballería disponible; el Gerona atacó al Regimiento del Río de la Plata, mientras que el Batallón del Centro, apoyado por la caballería, cargó contra la Legión Peruana de la Guardia.

El general Miller escribe que ante la avalancha realista, cuesta abajo, el Regimiento del Río de la Plata mostró falta de disciplina, pero que el Batallón N°4 de Chile y la Legión Peruana de la Guardia, formada por combatientes peruanos se condujeron con heroísmo; este cuerpo peruano, donde luchaba Domingo Nieto, Narciso Tudela Pinto y muchos otros moqueguanos y torateños, al mando  del comandante Pedro de la Rosa, recibió la carga de la caballería y la infantería realista al grito de ¡Venid, españoles, venid y probad el valor de la Legión!. Solo se retiraron del campo tras haber perdido las tres cuartas partes de sus efectivos, que yacían muertos en diferentes lugares de la campiña torateña. Una derrota total.

Alvarado se retiró a Moquegua, el ejército realista se apoderó del botín de guerra, y su capellán asistió a heridos de ambos bandos, regados en el campo de batalla.

La victoria le costó al ejército realista bajas sensibles: El teniente coronel Feliciano Asín y Gamarra comandante de la caballería, murió en la carga y fue enterrado en Torata, el 21 de enero; perdieron 250 hombres calificados «casi irremplazables”.

Las pérdidas del Ejército Unido fueron mayores; entre muertos y heridos 700 soldados, incluidos 27 oficiales heridos y prisioneros. El Libro de Defunciones de Torata” …revela que los cientos de cuerpos regados en el campo de batalla fueron enterrados en el mismo lugar que perecieron por los comisionados de la iglesia, sin poder identificarlos”.

Pedro Peralta rescata a un soldado de esta batalla: “José María Díaz Montalvo, natural de Yacango, un agricultor de la zona de Mollesaja que se enroló en el ejército de Alvarado cuando tenía apenas 21 años de edad…casado con Juana Romero, y murió el 23 de diciembre de 1900, de vejez…hijo de Tomás Díaz y Romualda Montalvo, «españoles vecinos del pago de Yacango». Hoy, allí vive la familia Díaz.

Jerónimo Valdez obtuvo el título de Vizconde de Torata por haber dirigido este triunfo español.

Análisis & Opinión