Por: Arnulfo Benavente Díaz

El presidente de China es Xi Jinping, que aparece, después de Mao Tse Tung y el genial reformador Deng Xiaoping.

Los cambios que sostiene XI Jinping, es un nuevo enfoque del marxismo, adaptándolo a la realidad de China y a las necesidades del siglo XXI. Este proceso se conoce como «sinización del marxismo». La palabra «sinización» es una traducción del término inglés «Sinification»,que significa «el proceso de hacer o convertirse en algo».

La palabra «sinización» ha sido adoptada por diferentes disciplinas, incluyendo la lingüística, la antropología, la sociología y la historia. Su uso en el contexto actual está íntimamente ligado a las políticas del gobierno chino, lo que le otorga una connotación específica relacionada con la identidad nacional y la asimilación cultural.

Xi Jinping considera que el marxismo debe ser flexible y adaptarse a las condiciones específicas de China, incluyendo su historia, cultura y desarrollo económico.

También, el marxismo debe evolucionar y renovarse constantemente para responder a los desafíos del mundo moderno.

Asimismo, China ha impulsado un modelo de desarrollo económico basado en la innovación, la tecnología y la sostenibilidad. Esto se refleja en iniciativas como «una ruta» y el desarrollo de industrias de alta tecnología.

La “sinización” del marxismo ha permitido a China desarrollar un modelo de desarrollo propio y aumentar su influencia global.

China ha implementado un sistema de mercado libre que permite la propiedad privada, la competencia entre empresas y la inversión extranjera.

En realidad, China combina elementos capitalistas y marxistas, con un fuerte control estatal y un mercado libre en expansión.

Pensamos que a todo lo mencionado, surge una pregunta:

¿De qué forma Estados Unidos, la primera potencia del orbe, ayuda, coopera o trabaja con Perú?

En nada objetivo, es la respuesta correcta. Entonces, es parte del problema de pobreza del pueblo peruano.

Por el contrario, la segunda potencia China socialista, de forma pragmática interviene instalando un mega puerto en Chancay, iniciando el progreso del Perú.