POR: BETO LAJO PAREDES
En nuestro país coexiste la inestabilidad política y la estabilidad económica, al respecto el periodista Andrés Oppenheimer, comentó sobre la paradoja peruana: “En Perú caen los presidentes, pero no la economía… casi todos los diarios del mundo señalaron que Perú es uno de los países más inestables de América latina, y que vive en un estado de caos absoluto. Sin embargo, no es así. Por extraño que parezca, Perú es uno de los países más estables de América Latina”; agrega “Perú tiene una de las tasas de inflación más bajas de América latina y las mayores reservas de divisas de la región en relación con su economía. Los presidentes peruanos van y vienen, pero la economía ha venido creciendo en las últimas tres décadas”; luego, refirió “A pesar del caos político de Perú, la economía peruana crecerá… más que el crecimiento promedio de la región”.
Los días 13, 14 y 15 de noviembre de 2024, exitosamente, se realizó el Foro Cooperación Económica Asia Pacífico – APEC, paralelamente, se llevaron a cabo, los anunciados paros de transportistas, movilizaciones de construcción civil y protestas ciudadanas contra la extorsión, sicariato y otros, suspendiéndose las clases escolares. Es otra paradoja, en nuestro país, simultáneamente, se pueden organizar eventos propiciadores de inversión y crecimiento, como de acciones de paralización del transporte y producción.
Si tuviéramos estabilidad política, sin duda alguna, habría mayor crecimiento. Y si contáramos con gobernantes estadistas; oficialismo solvente y oposición respetable, líderes empresariales y sindicales comprometidos con la democracia y justicia social, nos pondríamos de acuerdo para impulsar el desarrollo integral de todo el país. Es imprescindible hacer educación política y cultura democrática, también reconstruir nuestra memoria histórica e institucional.
Según el Marco Macroeconómico Multianual 2025 – 2028 (El Peruano: 23/08/24), informa: “Si bien Perú mantiene una sólida posición fiscal en términos de bajos niveles de déficit fiscal y deuda pública, el país también cuenta con un espacio significativo para mejorar sus cuentas fiscales, dado que tiene un amplio margen para aumentar sus ingresos fiscales permanentes y reducir las ineficiencias del gasto público. Los ingresos del gobierno general (promedio 2010-2023: 20,4% del PBI) se mantienen por debajo del promedio de los países de América Latina (promedio 2010-2023: 30,6% del PBI) y de la OCDE (promedio 2010-2023: 39,2% del PBI), por lo que converger a dichos niveles requiere mantener y fortalecer políticas que reduzcan las elevadas cifras de incumplimiento, mejoren la administración tributaria, otorguen progresividad al sistema, racionalicen beneficios tributarios, den cumplimiento a los estándares de incorporación de Perú a la OCDE, entre otros.” (pág. 10), es decir, por un lado, estamos bien, por otro lado, superando los aspectos negativos, podemos estar mucho mejor.
Constituye un imperdonable olvido, no haber hecho mención, por parte de la presidenta de la república, en su discurso de inauguración de APEC, y, del APRA, mediante comunicado de saludo a la APEC, la visión, del peruano Manuel Andrés Seoane Corrales, quien avizoró la APEC en su artículo “Vínculos Oceánicos” del 19 de octubre de 1954, escribió: “Ecuador, Chile y Perú son países de rostro oceánico… Por el camino que recorrieron Túpac, la Kon Tiki y Mr. Willis, se llega directamente a la Oceanía, Australia, y las densas poblaciones de la India, la China y el Japón. Muchos creen que el océano Pacífico es el mar del porvenir. Falta imaginación para tentar nuevas rutas y romper la rutina”, extraído del libro Manuel Seoane Páginas escogidas de Eugenio Chang-Rodríguez, Fondo Editorial Congreso del Perú, págs. 346 – 348. Ésta última paradoja es la más perversa, ignoramos a nuestros ancestros creadores, y nos abalanzamos a creer ciegamente en extraños personajes ajenos a nuestra realidad y cosmovisión.
