Por: Carlos Carpio Montoya
“Denme un punto de apoyo y moveré al mundo”, dijo el sabio Arquímedes en el siglo II A.C., refiriéndose al efecto multiplicador que se genera sobre la fuerza que se aplica. Hoy podríamos decir: “Denme un ducto de gas y moveré el sur del Perú”, aplicando el mismo principio, y debido a los grandes beneficios para personas y empresas si dispusiéramos de un ducto que nos permitiera contar con el gas de Camisea.
Encontramos ejemplos en la historia de la humanidad de las ventajas de utilizar ductos, tal es así que hallamos tuberías de arcilla o piedra que formaban algunos de los primeros ductos de los que aún quedan restos en Roma, Egipto o Mesopotamia, e incluso el bambú era utilizado en China para transportas agua y gas, gas para iluminar y calentar las viviendas de Pekín en el año 400 A.C.
En el Perú el gas llegaría recién la noche del 31 de diciembre de 1855 cuando a las nueve y treinta de la noche, el alcalde de la ciudad de Lima, Ignacio de Osma pulsó los botones pertinentes y, de inmediato, las primeras cuarenta y ocho lámparas del alumbrado público iluminaron una nueva era para nuestro país.
El gas de Camisea es una ventaja competitiva, pero menciona Luis Espinoza, ex viceministro de Energía que “todos los países que han desarrollado gas natural han construido tubos. No podemos pretender que en el Perú exista solo un gasoducto y que el resto del país se masifique con camiones” (Argentina tiene una red de 20,000 Km de ductos, Bolivia 4,500 Km y el Perú sólo 1,500 Km); por otra parte hay que agregar que la empresa TGP en los 20 años de operación del ducto de Camisea ha tenido que gastar el equivalente al cuarto del rescate del Inca Atahualpa, es decir US$ 300MM (US$ 30 MM por año), en obras de geotécnica de contención para que el ducto sobreviva a la siguiente época de lluvia, teniendo en cuenta que representa el 40% de toda la energía que se consume en el país.
Para terminar, son innegables las ventajas de un ducto de costa desde Marcona, pues se construye más rápido (dos años) y permitirá que cada una de las regiones del sur pueda contar con abastecimiento de gas natural para uso domiciliario, vehicular, 50% más barato, beneficiando a 160,000 hogares domésticos y 10,000 vehículos; así mismo el impacto en el PBI sería de S/ 5,000 MM entre el 2024 / 2034, generándose más de 20,000 empleos directos e indirectos en la fase constructiva y 4,000 empleos anuales durante la fase de operación, y sería la inversión no minera más grande de Arequipa con US$ 2,000 MM, equivalente a 3.1 veces Majes Siguas II, esperando posteriormente también desarrollar la tan anhelada industria petroquímica en el puerto de Matarani.