POR: ANGÉLICA ESPINOZA ORTIZ
Los adultos debemos tener en cuenta que, cuando se presenta en niños y/o adolescentes, la depresión a menudo puede confundirse con otros problemas de conducta o físicos. Por ejemplo, algunas de las características incluyen un estado de ánimo irritable o malhumorado, dolor de cabeza o de estómago, descuidar el sueño por mirar televisión o las redes sociales, no querer levantarse para asistir a la escuela, hablar acerca de huir de casa y experimentar aburrimiento persistente. Se debe recordar que los jóvenes que presentan depresión pueden tener algún otro trastorno psiquiátrico. En algunos casos, estos síntomas se utilizan solo para manipular a los padres, parejas o cuidadores con el fin de lograr algo.
Así que, ¿cómo debo abordarlo? Debemos tener mucho cuidado y, de preferencia, tratarlo con especialistas para actuar de manera adecuada. Es importante entender que no todo lo que deseamos podemos abordar; hay temas específicos que debemos dejar en manos de los psicólogos, quienes pueden abordar la situación. De acuerdo con eso, puede ser necesario requerir otros especialistas para trabajar de manera integral y ayudar a ese niño, niña, adolescente o adulto que puede estar pasando por un estado depresivo.
Por otro lado, no te asustes si en tu caso te derivan a un psiquiatra y te recetan medicamentos, porque estos serán para evitar poner tu vida en peligro y no serán para toda la vida; en este caso, se administrarán por un periodo de tiempo. Si estás pasando por un estado de depresión donde sientes un cambio en el humor, te sientes excesivamente triste de un momento a otro, con o sin aparente motivo, pierdes la capacidad para interesarte o disfrutar de las cosas que normalmente solías disfrutar, experimentas cansancio, dificultad para dormir o mantener el sueño, alteraciones en tu apetito y disminución del deseo sexual, y esto comienza a afectar tu relación con los demás y con tus actividades cotidianas, no esperes más: busca ayuda, ya que esto se puede superar.
