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19 septiembre, 2024 9:33 pm

El bicentenario de la batalla de Junín

Lo ocurrido el 6 de agosto de 1824 ha quedado para siempre en la memoria colectiva. En casi cualquier lugar del Perú se evoca esta gesta, que ha dado nombre a plazas, calles o avenidas. En Moquegua, la avenida Bolívar y la calle Junín llevan estos nombres en honor a la victoria patriota. 

POR MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA

DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES

La conmemoración del Bicentenario de la Batalla de Junín ha sido motivo de diversas actividades que han rememorado este suceso trascendental para la historia de Hispanoamérica y de conocimiento mundial, dado que entre sus protagonistas hubo peruanos, americanos en general y europeos.

En este contexto, el Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, en coordinación con otras instituciones cívico-patrióticas, ha desarrollado un conjunto de actividades, como ciclos de conferencias y develación de óleos relacionados con esta efeméride, que, junto con la de Ayacucho, da nombre al año en curso en el Perú.

Por su parte, el Jurado Nacional de Elecciones, máximo organismo electoral en el Perú, en coordinación con la Biblioteca Nacional del Perú y el Centro de Estudios Histórico Militares del Perú, inauguró el 10 de julio pasado la exposición itinerante “Junín y Ayacucho en la memoria colectiva: Evocación del Bicentenario”. En ella se expone parte del patrimonio cultural del Fondo Museográfico del Jurado Nacional de Elecciones y de la Pinacoteca del CEHMP.

La conmemoración del Bicentenario de la Independencia finalizará este año, con especial relevancia para el 6 de agosto de 2024. Esta fecha, significativa en la historia nacional, será recordada con la misma magnificencia que se le dio en el centenario y en el sesquicentenario.

EL HECHO HISTÓRICO

El hecho histórico asociado a la guerra por la independencia, librada por los peruanos contra las fuerzas realistas, con el apoyo del ejército que vino al Perú con el general San Martín y el que llegó posteriormente con el general Simón Bolívar, está presente en la memoria colectiva. No solo por ser una victoria como la de Ayacucho, sino porque ambos encuentros, con carácter de batallas, fueron decisivos en la guerra. A pesar de la propuesta del general San Martín de evitar la confrontación cuando se reunió con el virrey José de la Serna en 1821, el 6 de agosto de 1824, participaron peruanos de todas las sangres y regiones, incluidos varios moqueguanos, como se mencionó en una conferencia virtual reciente. Esta victoria en Junín llenó de entusiasmo a todo el Perú, tras cuatro años de guerra. Era el deseo de todos los peruanos que el conflicto terminara pronto para continuar con una patria libre y soberana, como se proclamó el 28 de julio de 1821.

El general San Martín gobernó el Perú como Protector de la Libertad, y tras su retiro en septiembre de 1822, el general Simón Bolívar llegó al Perú en 1823, un país donde los realistas estaban atrincherados en la sierra sur y central. El ejército de Bolívar contaba con más de 10,000 hombres, entre colombianos y peruanos, casi 1,000 chilenos y unos pocos argentinos. Los realistas estaban dispersos desde el valle del Mantaro hasta la actual Bolivia, en el Alto Perú.

Durante ese tiempo, hubo desencuentros entre los realistas que se tradujeron en discrepancias insalvables. El virrey La Serna se encontraba en el sur cuando el general realista Olañeta se levantó en el Alto Perú, lo que llevó al virrey a enviar un ejército comandado por Jerónimo Valdez para combatirlo. Esta situación resultó favorable para los patriotas, ya que redujo el número de realistas que debían enfrentar en la zona del Mantaro.

Conociendo las ventajas que se le presentaban, el general Bolívar ordenó la marcha al centro en junio de 1824. Enfiló su ejército con la intención de aislar a las fuerzas realistas del general José de Canterac, que comandaba el «Ejército del Norte». Así, cruzaron la cordillera andina 8,000 soldados y casi 1,500 montoneros que habían actuado en guerrillas, ganándose el reconocimiento del general San Martín años antes.

LA BATALLA DE JUNÍN

La batalla se llevó a cabo en la pampa de Junín o Meseta de Bombón, cerca del lago Junín o Chinchaycocha. Se combatió con armas blancas y caballería, resultando en gravísimas consecuencias para los realistas, que vieron desaparecer a su llamado Ejército del Norte, cuyo cuartel estaba en Azapampa, cerca de Huancayo. Durante su retirada, los realistas dejaron abundante material bélico y caballos, lo que favoreció a los patriotas. Muchos realistas que sobrevivieron a la batalla de Junín se unieron a las filas patriotas.

El memorable 6 de agosto de 1824, el Ejército del Norte de José Canterac evitaba el combate con el ejército de Bolívar, que se encontraba cerca de Rumichaca. El Ejército Unido Libertador, bajo el mando de Simón Bolívar, y con la caballería dirigida por Mariano Necochea, combatió en la llanura de Junín. Participaron dos escuadrones de Granaderos de Colombia, tres escuadrones de Húsares de Colombia, un escuadrón de Granaderos a Caballo de los Andes, tres escuadrones de Húsares del Perú, así como la Infantería, la 1ª División de Colombia (Lara), el Batallón Vencedores, el Batallón Batalla Pantano de Vargas, el Batallón Rifles y la 2ª División de Colombia. También participaron los Batallones Bogotá, Voltígeros, Pichincha y Caracas, la División del Perú comandada por José de La Mar, el Batallón de la Legión Peruana, el Batallón de Línea número 3 del Callao, el Batallón de Línea número 2 de Trujillo y el Batallón de Línea número 1.

El 2 de agosto, el Libertador Simón Bolívar pasó revista a su ejército en el llano de Rancas, donde los soldados y la oficialidad escucharon su conocida proclama: “¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encomendado a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud. ¡Soldados! Los enemigos que van a destruir se jactan de catorce años de triunfos. Ellos, pues, serán dignos de medir sus armas con las de ustedes que han brillado en mil combates. ¡Soldados! El Perú y toda América aguardan de ustedes la paz, hija de la victoria, y aún Europa liberal les contempla con encanto porque la libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del Universo. ¿La burlareis? No. No. Vosotros sois invencibles.”

Con estas palabras, Simón Bolívar multiplicó el deseo de combate de los patriotas, dirigiéndose a otros americanos y algunos extranjeros que deseaban la libertad del continente. Les hizo saber que confiaba en sus habilidades y destrezas, y que estaba seguro de que lograrían una gran victoria, porque no iban a defraudar a su patria.

Lo ocurrido el 6 de agosto de 1824 ha quedado para siempre en la memoria colectiva. En casi cualquier lugar del Perú se evoca esta gesta, que ha dado nombre a plazas, calles o avenidas. En Moquegua, la avenida Bolívar y la calle Junín llevan estos nombres en honor a la victoria patriota. En esta localidad y en toda la región, estos nombres evocan la gloria del Bicentenario, que nos invita hoy a reflexionar sobre el espíritu independentista de los peruanos.

Análisis & Opinión