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22 noviembre, 2024 8:15 am

Ilo: producción hace 10 años

Queda en el recuerdo la floreciente industria de la conserva de pescado, de aceite de olivo, congelado y seco de pescado.

POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEOP ILO)   

Hace una década, en Ilo, se dio continuación a una actualización del Plan de Desarrollo Económico Local de Ilo. Los impulsores eran la Municipalidad Provincial de Ilo (MPI), la Dirección Regional de la Producción de Moquegua, el Comité de Desarrollo Económico Local de Ilo (CODELPI), y contaban con el apoyo logístico y cognitivo del Centro Social CEOP Ilo. El primer cimiento era realizar el diagnóstico de la estructura productiva de la provincia de Ilo. El esfuerzo fue extraordinario y se solicitó el apoyo del Ing. Sergio Vargas Gonzales, puesto que la estadística oficial del INEI existía para todo el departamento de Moquegua, pero no para las provincias y distritos, además de estar muy retrasada en años. Finalmente, con diversas investigaciones, se logró un mapeo aproximado de lo que era la estructura productiva de la provincia.

La estadística mostraba que el Producto Bruto Interno (PBI) de Ilo era singular con respecto al departamento y a otras regiones. La producción metalúrgica en valor productivo ocupaba el primer lugar con 63%, debido a que la Fundición de Cobre y la Refinería de Cátodos de Cobre de Ilo procesaban el cobre en bruto que provenía de Cuajone y Toquepala. El primero en cobre blíster y una parte menor, la segunda, en cátodos de cobre, barras de oro y plata, además del molibdeno. Si bien la refinería era la única planta que daba valor agregado al cobre, no completó la cadena propuesta por Juan Velasco Alvarado y Jorge Maldonado de la construcción de la planta de alambrón. Por ello, todavía era considerada por algunos como actividad primaria.

La siguiente actividad de la economía productiva era el comercio y servicios con el 15%. En el caso del comercio, Ilo no produce verduras, frutas, abarrotes y otros de consumo directo de las familias. El comercio mayorista y minorista era intenso, formal e informalmente. Con respecto a los servicios, estos eran diversos y también muy importantes, abarcando a decenas de proveedores de la minería y metalurgia en mecánica, electricidad, transporte, logística, entre otros.

Aquí estaban algunas medianas y pequeñas empresas con solvencia financiera. Se sumaban, en este período de boom de los precios mineros, acompañadas de la dinámica económica interna, centenares de microempresas formales e informales que daban empleo a carpinteros, mecánicos, electricistas, artesanos, comerciantes fijos y ambulantes. Sin embargo, todos ellos no lograban interrelacionarse en clúster y, en el caso de microempresarios, la asociatividad les costaba mucho, saltando de la individualidad al trabajo conjunto.

La manufactura o industria ocupaba solo el 10%, con la característica notable de ser incipiente y muy modesta. Queda en el recuerdo la floreciente industria de la conserva de pescado, de aceite de olivo, congelado y seco de pescado.

Lo que existía en el 2014 eran constructoras de embarcaciones, panaderías, pequeñas fundiciones, heladerías, fábricas de hielo, conservas con baja productividad, y fabricación de partes para la minería, metalurgia y pesca. Es probable que el estudio haya ubicado en este segmento la producción termoeléctrica de ese entonces ENERSUR, ahora ENGIE, que utilizaba en ese tiempo todavía carbón de piedra importada y proveía energía a la minería, metalurgia y se conectaba con la red eléctrica nacional.

Las siguientes actividades como la Pesca (5.20%), Hoteles y Restaurantes (4.47%), Actividad Portuaria (0.51%), Actividad Agropecuaria (0.40%) y otras actividades (0.47%) tenían indicadores de solo un dígito. Esto se explica porque en esos años se cayó la pesca industrial y sobrevivía la artesanal, los puertos solo exportaban minerales e importaban combustibles, el valle era muy estrecho y de baja productividad olivícola, y el turismo para los restaurantes y hoteles era solo veraniego y con débil logística.

El plan proponía estrategias y proyectos para cambiar la estructura y hacerla más competitiva. Han pasado 10 años y nos preguntamos: ¿Qué cambió? Nos aventuramos con dos respuestas. Cambió muy poco y, a pesar de ello, creemos que sí se puede cambiar la estructura productiva de esta localidad.

Análisis & Opinión