POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ
La mujer moqueguana ha desempeñado un papel fundamental en la literatura, la política y el arte a lo largo de la historia. Su valentía y osadía han sido reconocidas y admiradas en diversas esferas, demostrando su capacidad para superar los desafíos y alcanzar sus metas tal y como en su momento lo hicieron Mercedes Cabello de Carbonera y Amparo Baluarte Cornejo de Valde.
En este sentido, es importante destacar el ejemplo de Yajahira Castellanos, una joven moqueguana que, además de estudiar filosofía, ha incursionado en el mundo de la literatura con su novela corta «Las Malditas ganas de estar triste», obra que he tenido la oportunidad de leer y disfrutar, atreviéndome a decir que destaca por su estilo único y su capacidad para reflexionar sobre temas profundos y emocionales. Excelente. El texto es claro, conciso y transmite de manera efectiva la idea principal. Utiliza un lenguaje formal y adecuado para el contexto en el que se encuentra. La estructura del texto es adecuada y se desarrolla de manera cohesionada. No se detectan errores gramaticales o de ortografía
Yajahira Castellanos es un ejemplo inspirador para todas las mujeres moqueguanas, ya que representa la valentía y la determinación necesarias para sobresalir en un mundo dominado por hombres. Su obra y opciones personales son un reflejo de su talento y su capacidad para expresar sus ideas de forma creativa y provocativa.
Además de su trabajo en la literatura, Yajahira Castellanos también ha demostrado estar comprometida con la política y el arte, siendo una voz activa en la lucha por los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Su valentía y osadía, reitero, son un ejemplo para todas las mujeres moqueguanas que desean emprender su propio camino y hacer oír su voz en un mundo que a menudo les niega la oportunidad de brillar.
Por todo ello, bien haría la Universidad Nacional de Moquegua en publicar a través de su Fondo Editorial la excelente novela de Castellanos, como una forma de reconocimiento a la calidad intelectual de nuestras profesionales y a los logros de la mujer moqueguana encarnada en esta ocasión en Castellanos, que estoy seguro que en los próximos años tendrá un papel destacado en la historia de la literatura, la política y el arte moqueguano, permitiéndome augurar que Yajahira Castellanos a través de sus escritos y posiciones personales contribuirá en la construcción de un legado duradero para todas las mujeres que desean hacerse escuchar y alcanzar sus sueños.
