POR: RICHAR MAQUERA QUISPE
Tras años de espera y controversias, Southern Perú ha anunciado el reinicio de las actividades en el proyecto minero Tía María para este lunes 1 de julio. El anuncio, realizado a través de un memorándum interno por el presidente ejecutivo Oscar González Rocha, indica que las condiciones sociales y políticas actuales son propicias para retomar este proyecto de cobre de US$1,400 millones.
Tía María, con su promesa de 9,000 puestos de trabajo durante la construcción y la utilización de tecnología de punta, representa una importante oportunidad de desarrollo económico. Además, la empresa ha reiterado su compromiso con la contratación de mano de obra local y la promoción del bienestar de la población de Islay a través de programas sociales.
No obstante, el camino hacia la reactivación de Tía María no ha estado exento de obstáculos. El proyecto ha enfrentado una fuerte oposición a lo largo de los años, principalmente debido a preocupaciones ambientales. Las protestas en 2011, 2015 y 2019 son un claro recordatorio de la sensibilidad que rodea a este proyecto.
La empresa ha expresado su disposición a abordar las preocupaciones ambientales y ha presentado estudios técnicos para la construcción de una represa en el valle de Tambo. Sin embargo, es fundamental que estas acciones se traduzcan en resultados concretos y en una mejora tangible de la calidad de vida de los habitantes de la zona.
El gobierno, por su parte, ha expresado su respaldo al proyecto, considerándolo una necesidad para Arequipa y para el Perú. El ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, ha destacado la importancia de Tía María para el desarrollo integral del valle de Tambo. Sin embargo, es fundamental que el gobierno garantice que el proyecto se desarrolle de manera responsable y sostenible, priorizando el bienestar de la población y el cuidado del medio ambiente.
El reinicio de las actividades en Tía María representa una oportunidad para el desarrollo económico y social del sur del país. Sin embargo, para que esta oportunidad se concrete, es necesario un compromiso genuino de todas las partes involucradas: la empresa, el gobierno y la comunidad. Solo a través del diálogo, la transparencia y la colaboración podremos construir un futuro próspero y sostenible para todos.
La pregunta que queda en el aire es: ¿Podrá Tía María convertirse en un ejemplo de minería responsable y sostenible, o repetirá los errores del pasado? Solo el tiempo lo dirá.