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18 octubre, 2024 12:16 am

La Biblia y el aspirante a gobernante

POR: EDGARD NORBERTO “BETO” LAJO PAREDES    

La Biblia debe ser leída por todos, en especial por los candidatos a cargos públicos de elección popular, como parte de su preparación para dirigir una localidad, región o el país. Ahí va a encontrar palabras de Cristo a tenerlas en consideración para prevenir desviaciones y adoptar atinadas decisiones.

“Dejen a esos niños y no les impidan que vengan a mí: el Reino de los Cielos pertenece a los que son como ellos” (La Biblia Latinoamérica, Edición revisada 1995, 108 Edición, Mateo 19 13-15); los niños deben ser prioridad de los gobiernos. “Si quieres ser perfecto, vende todo lo que posees y reparte el dinero entre los pobres, para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven y sígueme” (Mateo 19 20); entender esta expresión: no entres al gobierno a enriquecerte, los recursos públicos son para los pobres, enriquécelos a ellos. “Aprendan algo del Reino de los Cielos.

Un propietario salió de madrugada a contratar trabajadores para su viña. Se puso de acuerdo con ellos para pagarles una moneda de plata al día, y los envió a su viña. Salió de nuevo hacia las nueve de la mañana, y al ver en la plaza a otros que estaban desocupados, les dijo: Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo. Y fueron a trabajar” (Mateo 20 1-4).

El mensaje es dar trabajo a los desocupados, pagarles lo justo y oportunamente. “Ustedes saben que los gobernantes de las naciones actúan como dictadores y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Al contrario, el que de ustedes quiera ser grande, que se haga el servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga el esclavo de todos.

Hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre” (Mateo 20 24-28); el buen gobernante no es dictador, no abusa de su autoridad y sirve al pueblo.

“Jesús entró en el Templo y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el Templo. Derribó las mesas de los que cambiaban monedas y los puestos de los vendedores de palomas. Les dijo: Está escrito: Mi casa será llamada Casa de Oración. Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones” (Mateo 21 12-13). El mandato es, gobernantes: no conviertan al Estado en cueva de ladrones, es decir, no sean corruptos ni coimeros.

Análisis & Opinión