POR: MAG. JESÚS MACEDO GONZALES
¿Sabemos conversar con los bebés y de esta forma eliminar el déficit de atención de las personas para cuando sean grandes? Los invito a pensar y leer un tema nuevo y esto especialmente para los padres y madres que tienen niños o niñas menores de 5 años y la necesidad de estimularlos desde los primeros años de vida, esto en el afán de lograr niños y niñas sanos y felices.
En la universidad existen muchos estudiantes que leen muy bien, pero, aunque lo hacen, no entienden lo que leen o lo leyendo no pueden ejemplificar lo leído. Esto es reflejo de lo que se llama trastorno de déficit de atención. Mucho de este déficit que tienen los jóvenes o incluso adultos, tiene que ver con cómo papá y mamá han estimulado a su hijo(a) para que su cerebro funcione bien desde que era bebé.
El déficit de atención implica no solo tener problemas para entender lo que lees, sino también problemas para controlar conductas impulsivas o ser demasiado activo (hiperactividad). Ahora se sabe, los primeros años de un bebé, el cerebro desarrolla la mayor cantidad de conexiones neuronales, que es como el banco de información que tendrá el cerebro, es por eso que el Estado insiste en que los niños deben consumir hierro, el cual se encuentra en el hígado, la sangrecita y el pescado.
No obstante, además de la alimentación hay un elemento importante, la estimulación temprana, la cual es un conjunto de técnicas de intervención educativas que pretende impulsar el desarrollo cognitivo, social y emocional del niño durante la etapa infantil (de 0 a 5 años) y hay una técnica súper sencilla que todos los que tienen bebés deberían practicar la cual es: hablarles a los bebés, aunque ellos no respondan, la gente cree que porque él o la bebé no habla. no entiende; totalmente falso, ya que el pensamiento se desarrolla antes que el lenguaje; en ese sentido, él bebe no solo registra lo que usted le dice, sino que entiende lo que le dice.
El otro día una estudiante en la universidad llevo a su bebé en su coche de tres meses, me acerqué y le dije: “hola bebé, tú ya has ingresado a la universidad, que bien, eso significa que eres muy inteligente porque no has dado examen de admisión, que bien, además, vas a estar en clases con tu mamá y escuchar al profesor y si tu mamá se duerme le llamas la atención, ¡huy! huy!” le dije. De pronto, el bebé empezó a sonreír con su boquita sin dientes y la mamá sorprendida me dijo “que su bebe tenía tres meses y era la primera vez que sonreía”, lo único que atine a decirle es que, tienes que hablarle más.
Muchas veces solo ponemos atención a los bebés cuando lloran, luego cuando están despiertos los dejamos solitos y olvidados, cuando esos deben ser momentos para leerles cuentos, para ponerles música e incluso para bailar con ellos. Lastimosamente el hierro y la buena alimentación no suplirá jamás la estimulación que le podamos al bebé, pero si podrá evitar que este bebé cuando sea grande tenga mejor capacidad intelectual, entienda mejor, y no se frustre cuando tenga que leer o lo que es peor tener baja autoestima.
Y para los que no tienen bebés, los invito a conversar con los bebés de sus amigos. Lamentablemente no tenemos una cultura de la estimulación temprana y, por lo tanto, no hablamos con los bebés, porque ellos no hablan. Finalmente, cuando sienta que un bebé balbucea respóndale e invente una historia creativa para conversar con ellos, o cuéntele cosas bonitas de su vida, aunque él o la bebé no responderá ahora, responderá después cuando no tenga déficit de atención y sea un adulto brillante y porque todo bebé lo tiene que ser.