POR: ANGÉLICA ESPINOZA ORTIZ
¡Ay caramba! Creo que después de este artículo tendré a muchas personas que estarán molestas conmigo jejeje. Porque aquí estamos involucrados todos: niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. Algo que nos dejó claro en una conferencia la psiquiatra Marian Rojas: «las pantallas han sido diseñadas para ser adictivas». Desde esta premisa, creo que todo ya está dicho. El que diga que no está adicto a su celular o computadora, haga la siguiente prueba: si lo logra, entonces efectivamente su relación con las pantallas es saludable.
Apague su celular por 48 horas, es decir, dos días, y tiene 3 opciones: primero, que no lo logre; segundo, que lo logre, generando mucha ansiedad y mal humor; y la tercera, y menos probable, es que simplemente se relaje y la pase bien en esos dos días. Al psicólogo, terapeuta, psiquiatra, padre o madre podrá mentirle y decirle todo lo contrario a lo que realmente pasó, pero usted sea consciente de su estado en relación a las pantallas.
He visto cómo los padres llevan a sus hijos al trabajo y los tienen entretenidos con el celular entre 2 y 8 horas sin ningún control. En muy pocas ocasiones veo que les llevan hojas, colores y otros materiales para que el niño o niña esté trabajando correctamente y estimulando el desarrollo de su cerebro. Felicito a estos últimos que se toman un poco de tiempo para que su niño(a) no esté expuesto a estos dispositivos, ya que tal vez no haya dinero para llevarlo a guarderías especializadas dirigidas por profesionales que puedan estimular adecuadamente al niño o niña, respetando sus etapas. Siempre hay una opción para todo; lo demás son excusas.
Ustedes saben que en nuestro cerebro hay diferentes funciones y una de ellas se desarrolla justo durante los 5 primeros años de nuestra vida. Si esta se ve afectada por la exposición a condiciones inadecuadas, entonces será un problema que tendremos el resto de nuestra vida. Esto significa que, si exponemos a los niños y niñas menores de 5 años, tendrán serios problemas de atención y concentración, ansiedad, depresión, agresividad, frustración, entre otros. Y luego de los 5 años, si no tenemos control sobre los niños y niñas, adolescentes e incluso nosotros mismos, entonces tendremos serias dificultades ya mencionadas y otras más.