POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS
Otra característica de las grandes obras en los tres niveles de gobierno (nacional, regional y local) es que no concluyen; los presupuestos asignados no se gastan con eficiencia, y se actualizan constantemente sus costos para perpetuarlos sin lograr el objetivo inicialmente propuesto.
Aunque los proyectos deberían tener un presupuesto aprobado para comenzar, ejecutar y finalizar, la realidad es diferente: comienzan, se ejecutan, continúan ejecutándose y no concluyen durante años. Además, si el presupuesto asignado es considerable, el gasto suele ser inferior a la asignación.
Un ejemplo de esto es la irrigación de Lomas de Ilo, que inició en el 2013 con un presupuesto de 65 millones de soles y, tras 11 años, aún no ha terminado. A lo largo de estos 11 años, se le asignó un presupuesto significativo, sumando un total de 323 millones de soles hasta el año 2023. Sin embargo, en más de una década se gastaron solo 249 millones, quedando sin ejecutar 79 millones (23%).
A pesar de los asignados 35 millones 30 mil soles en el 2024 y las proyecciones de 10 millones 54 mil soles en el 2025 y 14 millones 835 mil soles en el 2026, la inversión total proyectada asciende a 59 millones 921 mil soles. Las explicaciones y justificaciones para esta situación son diversas, desde malos gobernadores y funcionarios hasta corrupción generalizada.
Este problema de no culminar obras no solo afecta a las grandes, sino también a las pequeñas inversiones, como la obra de Saneamiento del distrito de Samegua. Iniciada en 2015, y a cargo del Gobierno Regional de Moquegua, lleva 9 años sin terminar. Se asignó un presupuesto total de más de 5 millones 768 mil soles durante ese período, pero solo se gastaron 2 millones 149 mil soles, quedando sin utilizar 3 millones 149 mil soles, es decir, solo se gastó el 36% del monto asignado.
En el 2024 se asignarán 6 millones 650 mil soles y se proyecta una asignación para el 2025 de 8 millones 721 mil soles, y para el 2026, 7 millones 595 mil soles. Esto permitiría culminar la obra y pasar a otros distritos con necesidades apremiantes.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo las inversiones en las regiones y localidades son eternas y no culminan. Y podríamos seguir poniendo más ejemplos. Este problema es grave porque la demora, deficiencia, corrupción y descontento ciudadano aumentan al ver que las obras no finalizan, que no se gasta con eficiencia y que se actualizan sus costos para aumentar el dinero y ampliar la inversión.
También es responsabilidad de la ciudadanía vigilar y exigir que los montos de inversión sean lo suficientemente elevados para que las obras se culminen en períodos cortos, superando la idea errónea de que extendiendo los plazos se tiene más posibilidades de acceder a un empleo, cuando en realidad más demoras generan un crecimiento del desempleo.