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22 noviembre, 2024 2:45 pm

Las acuarelas del obispo Martínez Compañón

Los acuarelistas dibujaron y pintaron todo lo que les indicó el Obispo, en el orden social y natural, las acuarelas no obviaron nada, ver estas acuarelas es como detenernos en el tiempo.

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)   

En el 2017, los peruanos seguimos con viva atención, la noticia del hallazgo y subasta en España, de un códex no conocido por el gran público, sobre las acuarelas del obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda, prelado de la diócesis de Trujillo del Perú, que la administró por más de una década a fines del siglo XVIII, este códex, que es un complemento del gran conjunto de acuarelas que también se hallan en la madre patria.

Pero, que tanto conocemos los peruanos en general sobre este personaje, cuanto han hecho las autoridades locales, regionales y nacionales por popularizarlo, lo que sabemos, es, que es conocido en el universo académico, ahí es donde se le valora, pero más allá, salvo en Trujillo, y en Piura, la trayectoria del Obispo, es solo conocida por una élite.

Españolas merendando, Colección BBVA

La identidad nacional, es un modo de ser colectivo, antropológicamente se determina si es fuerte, siempre y cuando, la conciencia de pertenencia, el consenso de pertenencia, el orgullo de pertenencia, la capacidad de desarrollo de la propia cultura, la valoración de la propia cultura, y el proyecto futuro están presentes, indudablemente, que, con respecto a nosotros, las respuestas obedecen a diferentes criterios.

Lo cierto es, que la suma de conocimiento, más sentimiento, da como resultado, pueblos de fuerte identidad nacional, sobre todo cuando se conoce y se ama lo suyo, cuando desde los momentos iniciales de la socialización, se ha promovido la internalización de valores, que llevan a los niños, a saber, sobre lo suyo, sobre lo que les pertenece, y es parte de su patrimonio cultural.

Indios cocinando chicha, Colección BBVA

El obispo Martínez Compañón era un personaje inexistente en la historia de Piura, hasta que en 1983, hace 34 años leí un artículo de Reynaldo Moya Espinoza, relacionándolo con el origen urbano de Sullana, al fundar un pueblo en La Punta, al que llamó El Príncipe, de inmediato inicié la búsqueda de fuentes bibliográficas y manuscritas, porque algo me decía, que el ilustre prelado, significaba mucho más que eso para los piuranos, para el antiguo espacio de la diócesis de Trujillo, y para todo el Perú.

En efecto, al Obispo le tocó realizar, por propia decisión, una tarea que va más allá de lo que le estaba encomendado, saltó de lo espiritual a lo temporal, dando lecciones de buen gobierno a las autoridades hispanas en esta parte de la América.

Rodeo de yeguas, Colección BBVA

Hoy se cuenta con tecnologías de avanzada para retratar a los instantes humanos, los momentos de los animales y el crecimiento de los vegetales, segundo a segundo, hoy se cuenta con herramientas que hacen posible un trabajo más fácil, vivimos en una época en la que se hace lo mismo, pero con instrumentos diferentes, Martínez Compañón hizo retratar la realidad de su tiempo en preciosas acuarelas, y si hoy tuviese que hacer algo similar, no llevaría con él a un equipo de acuarelistas, sino a un conjunto de personas expertas en audiovisuales y a todo lo que implica las ciencias de la comunicación.

Los acuarelistas dibujaron y pintaron todo lo que les indicó el Obispo, en el orden social y natural, las acuarelas no obviaron nada, ver estas acuarelas es como detenernos en el tiempo, como estar viviendo en la segunda mitad del siglo XVIII, sobre todo si se lee los escritos de Lecuanda, el sobrino del Obispo que lo acompañó en su recorrido.

Españolas de luto, Colección BBVA

Estas acuarelas fueron sistematizadas, clasificadas y nominadas, siguiendo el orden que permite a los estudiosos, hallar verdades en sus investigaciones sobre historia social e historia natural del siglo XVIII, tanto como a los musicólogos y a otros científicos que se adentran en la interpretación del pasado, hurgando en los 9 tomos de acuarelas y estadísticas que el Obispo remitió al Rey de España tras su labor, y que hasta ahora se encuentran en ese país.

Mientras tanto, Martínez Compañón sigue esperando el reconocimiento por los peruanos del siglo XXI, con toda seguridad, la noticia controvertida del hallazgo del códex, hizo que muchos peruanos se enteren del nombre del personaje, cuya existencia fue noticia en medios escritos, televisivos e informáticos.

Sullana lo ha honrado poniendo su nombre a una calle, recordándolo cada 8 de julio aniversario de las fundaciones de Sullana y de Tambogrande, y creador de las parroquias con cabecera en estos lugares, Martínez Compañón fundó pueblos, no reducciones que eran solo de indígenas, lo hizo con la visión clara de proyectar hacia el futuro, lo que concibió digno de ello, y no se equivocó, como tampoco se equivocó con Tarapoto y Celendín, ciudades fundados por él. En Tarapoto una avenida lleva su nombre.

India con traje de Iglesia, Colección BBVA

Análisis & Opinión