POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DE LA DNEF DEL JURADO NACIONAL DE ELECCIONES)
Dentro del fondo museográfico del Jurado Nacional de Elecciones, se conserva un singular número de imágenes, y otros bienes culturales asociados a la memoria del arquitecto Fernando Belaunde Terry, uno de los peruanos más grandes del siglo XX, destacado en el campo de la política, y como Presidente Constitucional del Perú, en dos oportunidades.
Fernando Belaúnde Terry nació en Lima, un 7 de octubre de 1912, y falleció, en la misma ciudad, casi a los 90 años, el 4 de junio de 2002. Se le recuerda como estadista, político y dueño de una gran oratoria, hasta el punto que recuerdo de cómo la gente se admiraba al escucharlo, exclamando: “habla sin papel”, señalando a quien fue dos veces gobernante, la primera vez entre 1963 y 1968, y la segunda, entre 1980 y 1985.
Sus estudios superiores como arquitecto los cursó en el exterior, graduándose de arquitecto en 1935. De regreso al Perú fundó la revista El arquitecto peruano, e incursionó en la docencia universitaria, siendo el primer decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Ingeniería.
En 1944 ingresó a la política, que la llevaba por tradición familiar, y postuló en las elecciones generales de 1945, dentro del Frente Democrático Nacional, liderado por el doctor José Luis Bustamante y Rivero. Sobre su primera participación, quedan en el Museo del JNE, ejemplares de los votos de la agrupación política que integró, con la cual ganó una diputación por Lima, contando con 32 años de edad. Esta primera participación en política se truncó con una sombra de la democracia: el golpe de Estado protagonizado por el tarmeño Manuel Arturo Odría.
En las elecciones generales de 1956, participó como candidato presidencial por el Frente Nacional de Juventudes Democráticas, embrión del futuro partido político Acción Popular, por el que postuló después de una protesta, que fue difundida por la prensa escrita de todo el país. No resultó ganador, y al poco tiempo de los resultados electorales, empezó su recorrido por todo el Perú.
Postuló nuevamente en las elecciones generales de 1962, que fueron anuladas tras el golpe de Estado de ese año, y al año siguiente ganó el proceso electoral, que lo llevó al ejercicio de la Presidencia Constitucional de la República, hasta que un 3 de octubre de 1968, fue depuesto de su cargo, por el general Juan Velasco Alvarado, quien ese día encabezó un nuevo atentado contra la democracia.
Su primera gestión se asocia a grandes obras públicas, como la construcción de la Carretera Marginal de la Selva, reservorios, aeropuertos, la fundación de las ciudades Constitución (en la selva), y Cruceta (en Piura), la construcción de conjuntos habitacionales, y reservorios, pero principalmente se destaca la restitución de las elecciones municipales desde 1963, en la que sus connacionales delegaron poder a sus autoridades locales, como se ha hecho hace unos días.
Postuló y ganó en las elecciones generales de 1980, y por segunda vez asumió como Presidente Constitucional de los peruanos y peruanas. En esta fase de su gobierno El fenómeno El Niño afectó la economía nacional, sobre todo al norte; y por otro lado, la violencia política se extendió por el centro y sur del país, con el protagonismo de Sendero Luminoso y el MRTA, afectándose al país en lo social, económico y político.
Sus compatriotas lo recuerdan como un demócrata, fundador de Acción Popular, uno de los partidos políticos dominantes en la segunda mitad del siglo XX. A 110 años de su nacimiento, sigue siendo una recordada personalidad nacional.