Más de una semana de paralización indefinida, cuantiosas pérdidas y un reclamo que todavía no es atendido en el valle de Tambo, han marcado la semana en la provincia de Islay. La licencia de agua entregada por la Autoridad del Agua a la mina Quellaveco, para aprovechar 22 millones de metros cúbicos al año de la cuenca Tambo, ha sido el detonante. Los agricultores de este valle sostienen que este permiso los perjudica porque les quitará agua para sus cultivos.
Por su parte la Autoridad del Agua ha explicado que esta licencia favorece a la población del valle de Tambo, pues no solamente no se afectará la actual disposición de agua para uso poblacional o agrícola en los usuarios de la cuenca, sino que además tendrá un impacto positivo, pues reducirá la presencia de minerales y metales pesados que tiene este río. Las autoridades sanitarias de Arequipa han señalado, con el respaldo de sendos informes técnicos, que el problema más grave es la presencia de arsénico en el agua que consumen los tambeños, agua con que además riegan sus cultivos.
Esto se ha convertido en un grave problema de salud pública que, al parecer, nadie quiere resolver. Toda la discusión se ha dado, hasta ahora, en el ámbito político. Los candidatos a los municipios distritales de Cocachacra, Punta de Bombón, Deán Valdivia, Mejía, así como los candidatos a la alcaldía provincial de Islay, han aprovechado políticamente el tema y lejos de plantear soluciones técnicas, solo han exacerbado los ánimos de la población, con una clara intencionalidad de ganar votos.
PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
Dejando de lado la discusión política, veamos el problema de fondo en el valle de Tambo. Un estudio de 2020 realizado por la Gerencia Regional de Salud de Arequipa, sobre agua para consumo humano en la provincia de Islay, ha demostrado que el agua que consume la población en sus domicilios (agua potable), sobrepasa el estándar de calidad ambiental para arsénico, boro y sodio, sobre todo en Cocachacra, Punta de Bombón y Mollendo.
Lo crítico es que según este estudio realizado por el Programa de Vigilancia de Calidad de Agua para Consumo Humano de la Geresa (Gerencia Regional de Salud de Arequipa), con análisis de muestras en laboratorio acreditado ante el Instituto Nacional de Calidad (Inacal), el tratamiento dado por las plantas de Sedapar, apenas logran mitigar la presencia de arsénico, pero en lugares como Cocachacra y Punta de Bombón, este metal sigue estando por encima del estándar.
El límite permisible de arsénico en agua para consumo humano es 0.01 miligramos por litro, pero aun recibiendo tratamiento, el agua que en 2020 consumió Punta de Bombón, por ejemplo, tenía 0.06 miligramos por litro. La situación es peor en los casos donde las plantas de tratamiento están a cargo de municipios, ya que el agua de consumo humano supera largamente los límites permisibles. Por ejemplo, en la zona de Alto Ensenada, consumieron agua con 0.02 miligramos por litro.
CULTIVOS AFECTADOS POR METALES
Por otro lado, no es novedad que los cultivos del valle de Tambo también son impactados por el agua con arsénico del río Tambo. Estudios realizados por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), entre febrero y mayo de 2017, demostraron que el arroz que se produce en Cocachacra y las aceitunas de Deán Valdivia, tenían arsénico por encima de los límites permisibles, según el Codex Alimentario.
Según los exámenes a los que fueron sometidos, se demostró que las muestras de arroz contenían entre 0.2 y 0.8 miligramos por kilo de arsénico, sobrepasando el límite máximo permisible establecido por el Codex alimentario. Ninguno de estos productos pasaría una prueba para exportación. De acuerdo a lo explicado por funcionarios de la Autoridad del Agua, este problema también se presenta en las cebollas que se cultivan en el valle de Tambo.
PROBLEMA Y SOLUCIÓN
El origen de esta problemática está en el agua mineralizada de forma natural, que procede de fuentes volcánicas y que alimentan el río Tambo. El Ingemmet ha informado que en esta cuenca hay hasta 44 géiseres que vierten agua con boro, litio, arsénico, y sodio. Uno estos ríos, contaminado naturalmente, es el río Titire, ubicado en la zona alta de Moquegua. Otro es el río vagabundo, ubicado en la cuenca media.
La reciente licencia de uso de agua para Quellaveco, autoriza a Anglo American, a captar agua con boro y arsénico del Titire y, a cambio, la empresa entregará agua de buena calidad desde la presa Vizcachas que ha construido para almacenar agua de lluvia cuya cantidad es excesiva en los primeros meses de cada año. Esto podría aliviar en parte el problema, ya que disminuirá la cantidad de metales pesados. El agua del Vizcachas es agua limpia que se almacena durante el periodo de lluvias.
Nada de esto parece importar a las autoridades arequipeñas, que han anunciado medidas para que se declare la nulidad del permiso, y los agricultores pareciera que no quieren ver esta alternativa. Su esperanza es que el Estado les construya una presa (Paltuture), pero mientras tanto, parece que tampoco tienen interés en aceptar esta solución que está al alcance de sus manos.
En este diálogo de sordos, los más perjudicados son siempre la población, que tendrá que seguir consumiendo agua con arsénico, y los agricultores cuyas cosechas pueden ser rechazadas por no cumplir con los estándares de calidad requeridos.