POR: CÉSAR A. CARO JIMÉNEZ
Este diario, gracias a los valores éticos y sentido democrático de su director, publicó el lunes 14 de marzo del año en curso un valiente, informado y extenso informe del Ing. Freddy Zeballos Núñez sobre el Proyecto Especial Regional Pasto Grande, incidiendo especialmente en todo lo relacionado con la irrigación de 1700 ha del sector menos adecuado de las Lomas de Ilo, el cual a su entender profesional será el cementerio de tres “elefantes blancos” que le van a costar al departamento de Moquegua y a todos sus habitantes cerca –millones van, millones vienen–, de 850 millones de soles, sin que hasta la fecha se hayan pronunciado o interesado ningún congresista, alcalde, colegio profesional, miembros de la sociedad civil, emisoras, periodistas o posibles candidatos, que bien miran de reojo o brillan por su manifiesto silencio.
Y no me refiero para nada al gobernador regional, porque es perder el tiempo, como tampoco a cierto propietario de una emisora ileña, que saludó en un editorial oficial de su emisora con bombos y platillos la parodia efectuada en las lomas, señalando descaradamente que “ya había llegado el agua de Pasto Grande a las lomas de Ilo, que en poco tiempo estarían verdes”.
¡Cuánta razón tuvo Bolívar cuando en Carta de Jamaica, escribe: “El Perú, por el contrario, encierra dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal: oro y esclavos! El primero lo corrompe todo; el segundo está corrompido por sí mismo. El alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la sana libertad; se enfurece en los tumultos, o se humilla en las cadenas” …o nuestro Gonzáles Prada, expresando adolorido en 1888: “En resumen, hoy el Perú es organismo enfermo: donde se aplica el dedo brota pus” …a tal punto, que Jorge Basadre, advirtió años después que la promesa de la vida peruana ha sido a menudo estafada o pisoteada por la obra coincidente de tres grandes enemigos de ella: “los Podridos, los Congelados y los Incendiados. Los Podridos, han prostituido y prostituyen palabras, conceptos hechos e instituciones al servicio de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y de sus apasionamientos. Los Congelados se han encerrado dentro de ellos mismos, no miran sino a quienes son sus iguales y a quienes son sus dependientes, considerando que nada más existe. Los Incendiados se han quemado sin iluminar, se agitan sin construir. Los Podridos han hecho y hacen todo lo posible para que este país sea una charca; los Congelados lo ven como un páramo; y los Incendiados quisieran prender explosivos y verter venenos para que surja una gigantesca fogata”.
Y la única forma de escapar a un panorama tan nefasto como el que prevé don Freddy Zeballos en su brillante escrito, es sancionar ejemplarmente a todos los responsables. Es pedirles a todos los moqueguanos que aún no tienen las características de las zanahorias podridas, sobre todo a los jóvenes, que dejen de estar anclados en las glorias pasadas y aplaudir maquillajes sin sustento técnico, social y económico. Es pedirlos que dejen oír su voz y su protesta.
Y en dicho panorama, legal y funcionalmente le corresponde un papel fundamental a todos los consejeros y consejeras regionales ejerciendo la función fiscalizadora que les asigna la ley; caso contrario en su momento podrían verse inmersos en juicios bien por peculado u omisión de funciones.
En tal sentido, cabe recordarles a los consejeros y las consejeras regionales que tienen las siguientes funciones fiscalizadoras: controlar la gestión y la conducta pública de los funcionarios y las funcionarias; controlar los actos de los órganos de dirección y administración del gobierno regional; realizar investigaciones sobre cualquier asunto de interés público regional, por lo cual algunos consejos regionales han optado por una especialización en la fiscalización y el control político, creando comisiones ordinarias de fiscalización, lo que no impide que se nombre, –en el caso de Moquegua–, una especial para ver todo lo relacionado al Proyecto Especial Pasto Grande, la Irrigación de las Lomas de Ilo y las centrales hidroeléctricas.
Los resultados de las acciones de fiscalización deberán ser remitidas según el caso: a la Contraloría General de la República, cuando se trate de actos u operaciones que revelen por su acción u omisión, la indebida, ilegal o ineficiente gestión y/o utilización de recursos y bienes del Estado.
A la Comisión de Procesos Administrativos Disciplinarios, cuando se trate de actos que constituyan infracciones administrativas. Al Ministerio Público, cuando se trate de actos que constituyan ilícitos penales, a fin de que se lleven a cabo los procedimientos necesarios para la adopción de las medidas correctivas y sancionadoras correspondientes.
Señoras y señores consejeros, la decisión está a vuestro alcance. De ustedes depende cómo quieren ser recordados: ¡Cómo hombres y mujeres preocupados por el bienestar actual y futuro de Moquegua, o cómo simples comparsas de la desidia, incompetencia e intereses subalternos propios de las zanahorias podridas!