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22 noviembre, 2024 10:30 am

Necesitamos una derecha reformista

El país necesita del crecimiento económicos acompañado de cambios que permitan avanzar.

POR: JULIO FAILOC RIVAS  

Tenemos que aprender mucho de la derecha chilena que sabe en qué momento retroceder y que no tiene el menor reparo de reconocer su derrota electoral. El candidato de derecha en Chile saludó la victoria del izquierdista Boric sin esperar siquiera que se dieran resultados oficiales al 100%.

La derecha en el Perú es torpe y vengativa, cada paso que da para debilitar al gobierno al final lo termina favoreciendo.  Hasta ahora no reconoce triunfo de Castillo y por el contrario hace lo imposible para vacarlo.

La derecha en el Perú es autodestructiva y anti reformista. Se bajó sin mayor contemplación la reforma electoral, la reforma universitaria, y –recientemente– el recorte de facultades al ejecutivo para una reforma tributaria la misma que tendrá efectos sobre la reactivación económica y las reformas de salud, educación y agraria. Sin recursos financieros, las reformas no pasarán de ser solo buenas intenciones.

El golpe a Sunedu ha sido más que escandaloso. El discurso de que presencia de SUNEDU viola la autonomía universitaria es un despropósito y una pésima coartada porque este organismo solo se limita al control de la calidad de la enseñanza y esta es una responsabilidad que el estado debe garantizar. No obstante, el verdadero propósito de estos partidos se develó cuando le dieron una tabla de salvataje con la aprobación –en la comisión de educación– de 730 días para que los centros de educación superior que no lograron obtener la licencia institucional vuelvan a abrir sus puertas.

Otra torpeza de la derecha, que tendrá efectos sobre la reactivación económica y la reforma de la salud y el mejoramiento de la calidad educativa tiene que ver recorte de facultades para la reforma tributaria.  Haber excluido a la minería de la reforma tributaria en un contexto de una fuerte conflictividad con este sector no solo no le hace un favor, sino por el contrario perjudica la imagen de la minería y le da argumento para que los sectores que están en contra de la minería se opongan con más fuerza.

La actividad minera es una de las actividades más importantes del país y la que proyecta mayores sobreganancias para los próximos años. Un aporte justo del sector minero redundará, con toda seguridad, a una reforma de la salud y de la educación que tanto necesitamos.

El gobierno lo sabe, lo sabe el ministro de economía Pedro Francke por eso puso el ojo en la actividad minera como una fuente importante para lograr mayores recursos económicos en el corto plazo, pero al parecer poco o nada hace para detener el desborde de los conflictos que lo único que provoca es el repliegue de la actividad minera, paralizando sus operaciones y suspendiendo sus inversiones. MMG las Bambas acababa de anunciar el cierre de sus operaciones y estamos seguros que otras operaciones empezarán a seguir este ejemplo con la consiguiente pérdida para el país y de los peruanos, sobre todo los que menos tiene y los cuales dice el gobierno defender.

No se trata de defender a la minería, pero lo cierto es que este gobierno y cualquier otro la necesita para su crecimiento económico. Para ser justos, si hay una exigencia de mayores aportes a la actividad minera, lo mínimo que debe garantizar el gobierno es la gobernabilidad para que estas empresas puedan operar con normalidad y paz social, y ello exige una intervención más decidida en la resolución de los conflictos. Compartimos el dicho que reza: el que quiere celeste que le cueste.

El país necesita del crecimiento económicos acompañado de cambios que permitan avanzar. Hay que ser hidalgos en reconocer que el modelo funcionó en lo económico, pero fracasó en lo social, la pandemia lo demostró y nos hizo ver lo precario que es nuestro sistema de salud, educación y seguridad social. Unos ganaron mucho y otros ganaron muy poco, y este es un resultado concreto que explica en cierta forma los límites del modelo.

El Perú necesita de una derecha reformista sino queremos caer en manos de una izquierda radical que ponga en riesgo no solo el modelo de crecimiento, sino también el sistema que lo sostiene. Estamos advertidos.

Análisis & Opinión