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22 noviembre, 2024 6:16 am

Sánchez Cerro, de la antidemocracia a la democracia

POR: MIGUEL ARTURO SEMINARIO OJEDA (DIRECTOR DEL MUSEO ELECTORAL Y DE LA DEMOCRACIA DEL JNE)       

La historia de la democracia en el Perú, está llena de luces y de sombras. A lo largo de la historia republicana, muchos golpes de Estado interrumpieron el gobierno de autoridades que habían sido elegidas constitucionalmente, asomándose gobiernos que se apoyaron muchas veces en la violencia, o en la justificación de la toma del poder.

El caso de Luis Miguel Sánchez Cerro, es singular, ya que la trayectoria política del personaje, si bien está ligada a un golpe de Estado, luego fue legitimado con la aceptación de la población, que le endosó su confianza, en elecciones generales, siendo el primer presidente Constitucional, proclamado por el Jurado Nacional de Elecciones, tras su creación en 1931, año en que Sánchez cerro asumió legalmente la Presidencia de la República.

Luis Miguel Sánchez Cerro, ocupó la presidencia del Perú en dos oportunidades, la primera, antidemocrática, un poco más de 6 meses, desde el 27 de agosto de 1930 hasta el 1 de marzo de 1931, presidiendo una Junta de Gobierno instalada luego que se  derrocara al presidente Augusto B. Leguía, quien venía gobernando por once años, y por esto gozó de gran aceptación en varios sectores de la población, pues hubo antes, otros levantamientos contra el gobierno de Leguía, pero el triunfante fue el de Sánchez Cerro.

El 22 de agosto de 1930, Luis Miguel Sánchez Cerro, encabezó la protesta desde la guarnición de Arequipa, sublevándose contra el gobierno de Augusto B. Leguía. El movimiento se propagó en el sur peruano, y fue aceptado en Lima, por la población anti leguiísta. De nada sirvieron las estrategias del Presidente Leguía, pues el 25 de agosto, la guarnición de Lima solicitó su renuncia. Ese día Sánchez Cerro llegó a Lima.

La segunda oportunidad, como llevamos dicho, fue Presidente Constitucional, siendo triunfador por la Unión Revolucionaria, en las elecciones en 1931; de modo que se convirtió en una autoridad elegida democráticamente, conforme a las leyes electorales vigentes Debió gobernar hasta 1936 pero murió asesinado en abril de 1933, en el Hipódromo de Santa Beatriz, en lo que hoy es el Campo Marte, en el distrito de Jesús María.

Quizá con Sánchez Cerro se inicia en el Perú, lo que sociológicamente se conoce como la “cholificación política”, que se nota con más fuerza desde las elecciones de 1978 y de los años siguientes, cuando los ciudadanos tienen la oportunidad de elegir a candidatos que en su fisionomía y problemática se parecen a ellos. Así se explica en parte el triunfo del candidato piurano, que, si bien era costeño, no era blanco, ni pertenecía a las clases sociales más favorecidas. Se asegura también, que era “mangache”, o sea parte de los descendientes afroperuanos que vivían en un sector de Piura, y esto habría llevado a los pocos ciudadanos considerados como tales, a votar por él.

Durante su corto gobierno constitucional, se promulgó Constitución Política de 1933, elaborada por los constituyentes elegidos en 1931, que tuvo una serie de cambios positivos, de acuerdo a la realidad que se vivía, tanto en lo social, como en lo laboral. Una de las medidas por las que fue aplaudido, fue la eliminación de la Ley de Conscripción Vial, por considerársele abusiva contra la población indígena.

En el Jurado Nacional de Elecciones, se cuenta, dentro de su fondo museográfico, con una serie de bienes culturales, como la banda presidencial, fotografías, y algunos documentos impresos y manuscritos, sobre el personaje, nacido en la ciudad de Piura, el 12 de agosto de 1889.

Hasta hoy Sánchez Cerro tiene defensores y detractores. Se le ve como un peruano nacionalista, ya que manifestó su desconocimiento al tratado de límites con Colombia que se firmó durante el gobierno de Leguía.

En el departamento de Moquegua hay una provincia con el nombre del ex mandatario, General Sánchez Cerro, creada el 3 de abril de 1936, con su capital Omate, provincia, cuya riqueza cultural y natural es valiosa. En el resto del país, hay algunos barrios, avenidas, y calles con el nombre de Luis Miguel Sánchez Cerro, lo que evidencia que la imagen del ex gobernante está en la memoria colectiva.

Perfil de Crl. Luis Miguel Sánchez Cerro, Presidente de la República del Perú en 1931. Foto Centro de Estudios Histórico Militares del Perú – CEHMP

Análisis & Opinión