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22 noviembre, 2024 8:40 am

Las empresas extractoras y el Estado peruano

La primera afirmación de Durand es que el Estado debe ser el gran regulador de la economía y no estar coludida con intereses de las industrias extractivas. Este fenómeno de captura del poder del Estado por las empresas es un problema latinoamericano que tiene diversas formas y modalidades.

POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEM)     

El título del presente artículo tiene como referencia el Libro de Francisco Durand “Cuando el poder extractivo captura el Estado: lobbies, puertas giratorias y paquetazo ambiental” (1) en la que sustenta que en el país ha vivido un proceso continuo de captura de nuestro poder político como lo es el Estado.

El autor expone claramente lo que siempre escuchamos a voces, pero pocas veces se demuestran con números, normas legales e ilegales. Quizás por esta parte podamos entender por qué los departamentos mineros, como los nuestros, votan adversamente sobre los partidos que maquillan a las empresas extractivas en general. Por supuesto que lo afirmado no es una verdad absoluta, pero si debería merecer una lectura exhaustiva para el debate público para que nuestro Estado peruano se reivindique como una institución autónoma que responde a los intereses nacionales y no esta enajenado a los poderes económicos, sino que sirve al bienestar de los ciudadanos.

La primera afirmación de Durand es que el Estado debe ser el gran regulador de la economía y no estar coludida con intereses de las industrias extractivas. Este fenómeno de captura del poder del Estado por las empresas es un problema latinoamericano que tiene diversas formas y modalidades.

Cuando ello ocurre, el favor a unos privilegiados se acompaña de elites políticas, familias y partidos que traen como efecto la gran desigualdad de ingresos. Este proceso se legaliza cuando se establece constitucionalmente solo el libre mercado dejando al Estado en el papel de subsidiario (no debe intervenir en la economía). En algunos casos la captura ha sido violenta a través de mafias como fue en Colombia y en otras directamente colocando dictaduras como ocurrió en el pasado con las repúblicas bananeras. En todos los casos se establece un mecanismo de corrupción, medios de comunicación e lobbysmo permanente.

Respecto del Perú, aquella captura es todo un proceso histórico que nace de la característica que desde la Colonia ha predominado el dominio de los recursos económicos y naturales en grandes familias, capitales extranjeros con influencia en el poder político. En la república se manifestó con los grupos oligárquicos que dirigían al Estado peruano muy pequeño sobre el cual realizaban elecciones con solo una minoría que votaba. La estructura se debilitó con la llegada de Velasco Alvarado, la Constitución de 1979, la crisis inflacionaria del 85, la polarización social interna y el terrorismo.

Se reinicia la captura a partir de 1990 con una nueva elite empresarial, construyeron un andamiaje de influencia más moderno con una universalización de los votantes, pero debilitando la sociedad civil y sus formas de organización gremial: sindicatos, educación, partidos y participación ciudadana) y por supuesto el cambio de la Constitución abiertamente neoliberal para acelerar la privatización.

La inserción al mercado internacional se aboco a promocionar con grandes bondades las inversiones extractivas sin mayor valor agregado, afectando el medio ambiente y abuso del mercado (Cuadro N° 1). En las regiones y ciudades en donde primaba la industria extractiva se forman otros centros de radiación política.

El modelo extractivista se afianza por con la firma de los Tratados de Libre Comercio (TLC) y la elevación de los precios internacionales de las materias primas que empezó en el 2012.  Los Grupos de poder económico (GPE) se extiende de las extractivistas a las financieras, servicios y las TICs.

La evidencia de las enormes dotes de beneficio se reflejó con la desigualdad de ingresos, la no industrialización plena, la corrupción de los gobernantes de todos los niveles en alianza con los gremios empresariales y la informalidad sin límites. Fujimori y los siguientes presidentes sufren de esta enfermedad y corroe a autoridades sin distinción de ideas de derecha e izquierda. Humala, en esta parte, es un ejemplo locuaz de captura y la famosa Ley N° 30230 que manda por la porra al tema ambiental con la justificación de “urgencia” de la inversión.

Las preguntas que se suceden, es si el maestro rural Pedro Castillo se mantendrá convencido de su adhesión a los intereses del pueblo o será capturado por el poder mediático de los grupos de predominio económico. Cuáles son los actuales mecanismos que se aplicarán.

  • Francisco Durand, “Cuando el poder extractivo captura el Estado. Lobbies, puertas giratorias y paquetazo ambiental en Perú”, Junio 2016, Oxfam América.

Análisis & Opinión