Por: Gustavo Valcárcel Salas
La espontánea proclamación de la independencia de Moquegua en 1814 es la primera participación activa de la ciudad, convertida en trágico escenario de las luchas emancipadoras. Entonces la rebelión fue liderada por Bernardo Landa Vizcarra, se desempeñaba como jefe realista de la fuerza militar que se plegó al movimiento de los Angulo y Pumacahua. Convencido por el obispo de la Encina, que se encontraba de visita pastoral, lidera la contrarrevolución, lo que le valió ser designado como subdelegado.
La segunda ocasión en que el pueblo padeció los avatares de la guerra, convertida en teatro de las acciones, fue durante la campaña del coronel inglés Guillermo Miller, en el mes de mayo. En esta oportunidad Landa, ahora arrepentido, tiene nuevamente un rol protagónico apoyando la causa patriota. El próximo mes se cumplen doscientos años de estos sucesos. Es necesario recordarlo.
Pocos meses después de llegar San Martín al Perú, a instancias de lord Thomas Cochrane, vicealmirante de la Escuadra Libertadora, se lleva a cabo una incursión en el sur. En el mes de mayo de 1821 Miller con 600 hombres se apodera de Tacna. En este momento Bernardo Landa Vizcarra, que había entrado en contacto con los emisarios secretos, que llegaban de las Provincias Unidas del Río de la Plata y de Chile conquistando adeptos, abandona su cargo de subdelegado de Moquegua y decide presentarse como voluntario.
El general realista Ramírez ordenó que saliera un destacamento de Arequipa al mando del brigadier José Santos de la Hera, al que debían unirse otros pelotones que partirían de Puno y Oruro, para batir en Tacna a los patriotas.
Enterado de ello Miller decide batirlos por separado. Parte en su busca, guiado y aconsejado por Landa, gran conocedor de estos caminos desérticos, que desde joven los había recorrido en sus continuos viajes como comerciante. Alcanza a La Hera en Mirave y lo bate el 22 de mayo, minutos antes que lleguen los refuerzos de Puno. Los derrotados huyen rumbo a Moquegua y el 24 son alcanzados por Landa a la salida de la ciudad, y con unos cuantos paisanos armados termina por aniquilados.
Al día siguiente Miller se entera que por las alturas de Torata pasaba el pelotón realista. Se trataba de los que salieron de Puno y que no llegaron unirse a La Hera en Mirave y que en el camino sufrieron gran deserción. Tras ellos destaca una patrulla en la que marcha el valiente Landa. Les da alcance en el punto conocido como La Calera, arriba de Cuajone, a 14 leguas al este de Moquegua. A Cochrane le informa que de 150 enemigos muchos fueron hechos prisioneros, los más se dispersaron.
En sus memorias cuenta Miller que, cuando llegaron los patriotas a Moquegua, fueron recibidos con las mayores muestras de alegría. Todo el pueblo demostraba su adhesión a la causa de la independencia facilitando los medios que necesitaban. En informe a Cochrane le dice “no puedo dejar de mencionar enalteciendo a los habitantes de este pueblo, cuyo patriotismo es merecedor del más grande elogio que yo sea capaz de expresar”.
Se une al ejército patriota Mariano Portocarrero, que ocupaba el cargo de subdelegado quien, al igual que Landa, hacía tiempo mantenía correspondencia con Belgrano, San Martín y O’Higgins.
Luego de permanecer unos días en Moquegua, el 4 de junio se desplazan al sector de Santo Domingo, en el valle bajo. El día 5 el joven Domingo Nieto, que aún tenía 17 años, se presenta como voluntario; seguía el ejemplo de sus hermanos mayores, Tomás y Bartolomé, que fueron partidarios de la revolución de 1814. Fue recibido en la clase de teniente de caballería, allí se encontró con Narciso Tudela Pinto, joven paisano de su edad que se había enrolado meses antes y se batió en Mirave y La Calera.
Al enterarse Miller que desde Arequipa partían dos mil hombres tras él, decide partir a Tacna y desde allí se embarca en Arica. Entre otros, lo acompañan Landa, Portocarrero, Agustín Zapata, Enrique Solar.
Al hacer un recuento de su campaña, Miller hace memoria de “algunos oficiales que más particularmente se distinguieron, cuyos nombres no se han citado especialmente, y reclama con justicia la historia”. Destaca la conducta del coronel Bernardo Landa, moqueguano que al año siguiente sería fusilado por los realistas el 19 de julio en Moquegua. Desde el Gobierno Regional el año pasado hemos iniciado los trámites ante el Congreso para que a él y a su hermano Tomás (fue condecorado con la Orden del Sol) se les declare próceres de la Independencia.