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22 noviembre, 2024 1:34 pm

¿Eliminar voto preferencial?

…el problema no es de exclusiva responsabilidad de los electores, sino que también del sistema de elección que no ayuda a tener los mejores representantes o las personas más idóneas como autoridades políticas…

POR: JULIO FAILOC RIVAS   

Hay varias reformas políticas que han quedado pendientes. Dos de ellas están ligadas una con la otra, porque ambos apuntan a mejorar la representación y calidad de las autoridades políticas: Las elecciones internas y la anulación del voto preferencial.

Se ha convertido una verdad irrefutable eso de que “tenemos las autoridades que nos merecemos” a razón de que la gran mayoría de nosotros dizque “las elegimos”. Nada más falso que eso, como lo demostraremos a continuación.

En las últimas elecciones, la totalidad del congreso, las eligió una minoría de los electores. Para ser exactos, los ciento treinta congresistas fueron elegidos sólo por el 41% de los electores hábiles. ¿Y cómo así? Sencillo, este porcentaje se obtiene luego de deducir los que no fueron a votar, los que votaron nulo o blanco y los que votaron por un partido que no pasó la valla electoral.

Pero la cosa no queda allí, sino que, si consideramos sólo los votos preferenciales, los congresistas del Sur del Perú, para poner algunos ejemplos, fueron elegidos por una minoría absoluta. En Tacna los congresistas Maquera y Machaca fueron elegidos con el 6% y el 3% del total de electores respectivamente; mientras que, en Moquegua, los congresistas Flores y Ascona los eligieron un 5%. Algo peor ocurrió en Arequipa, Puno y Cuzco dónde los congresistas elegidos alcanzaron apenas entre el 2% y 5% del total electores hábiles.

Lo mismo ocurrió en las elecciones pasadas del 2018, donde se eligieron a los alcaldes y gobernadores regionales. El alcalde de Tacna salió elegido con el 13%, el alcalde de Moquegua con el 18%, Arequipa con el 11%, Puno con el 27% y Cuzco con el 15%. En el caso de los candidatos a gobernadores, Tonconi y Torres pasaron a la segunda vuelta con apenas del 13%, y, en el caso de Llica e Ísmodes pasaron a as segunda vuelta con el 14% y 10% respectivamente. Sólo en Puno y Moquegua, los gobernadores lograron elegirse en primera vuelta con 34% y 32% de los votos válidos.

Dicho lo anterior, entonces, el problema no es de exclusiva responsabilidad de los electores, sino que también del sistema de elección que no ayuda a tener los mejores representantes o las personas más idóneas como autoridades políticas. Urge –entonces- la reforma política que ayude a mejorar no solo el sistema electoral, sino también permita elegir a los mejores cuadros políticos y no dejarlo a la merced de los dueños de las franquicias de los partidos políticos que han hecho de la política un negocio rentable.

No obstante, a lo señalado, hay que tener cuidado de desligar las reformas relacionadas con las elecciones internas, en los partidos políticos, con la anulación del voto preferencial.

Si no hay democracia interna para elegir a los candidatos, no tiene sentido eliminar el voto preferencial. Esto último sería un caro favor a los dueños de los partidos políticos quienes harían el negocio de sus vidas con los primeros lugares de las listas congresales.

¡Cuidado que los congresistas empiecen a trabajar a ritmo de vacancia!

Análisis & Opinión