POR: ABG. FRANCISCO EDGAR FLORES MITA
Hoy no he querido escribir sobre derecho ni política, hoy he querido escribir sobre el comportamiento del hombre frente a Dios, intentando responder a interrogantes; ¿Dónde está Dios, en estos momentos de pandemia mundial?, ¿Ha dejado de creer el hombre en Dios? Y finalmente El Hijo prodigo ¿regresa a Dios?
¿Dónde está Dios, en estos momentos de pandemia mundial? Dios, está donde el hombre le ha querido poner, fuera de su vida, es el hijo prodigo, que decidió disfrutar, malgastar y pecar, sin tenerle en cuenta, al considerarlo como un obstáculo, para el cumplimiento de sus fines.
El hombre, busca riqueza, bienes muebles e inmuebles, lujos, poder, tecnología y fama, estaba en una carrera, sin mirar que dejaba atrás, sin sentir lo que pisoteaba, el objetivo era claro, lograr sus fines a cualquier precio, olvidándose de los hijos, de los padres, de la familia, de los amigos a quienes ve como competidores y algo importante se olvidó de Dios.
No había, nada que lo pudiera detener, hasta que llego el COVID-19 y lo detuvo, ahora el hombre es devuelto a su hogar, a la sociedad a su país, pero vuelve temeroso por el presente y el futuro, no sabe que pasara con su familia, con la sociedad, con su país y, con el mundo.
¿Dónde puso a Dios?, se olvidó de su creador, en su carrera ascendente no está Dios, porque lo considera un obstáculo, craso error del hombre, que ahora vuelve a su realidad, al creer una vez más a la serpiente “No moriréis, sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios.”
¿Ha dejado de creer el hombre en Dios?
Hoy el hombre como dice mi amigo Hoover Wadith Ruiz Rengifo “El Hombre está creando Dioses como el dinero, la vanidad, el poder, hasta el punto de creerse Dios. Estos Dioses son creados por el hombre para que respondan lo que ellos temen responderse a sí mismos. El Hombre es dueño de su propio destino (libre albedrio), no de los Dioses que han creado”
En ese mismo sentido El dinero, convertido en ídolo, es para Jesús el gran enemigo del proyecto humanizador de Dios. De ahí su grito provocativo: “No podéis servir a Dios y al Dinero”. Por eso no pueden servirle quienes, dominados por el Dinero, hunden injustamente a sus hijos e hijas en la miseria y el hambre.
Alguna vez, leí a Juan Pablo II, decir que el hombre se crea su propia moral, basado en lo que él cree que es correcto, olvidándose de Dios, en el que dejo de creer.
El premio nobel Mario Vargas Llosa, en su obra el “sueño del Celta”, haciendo alusión a unos de sus personajes dice: “su moral está de acuerdo a su codicia”.
El hombre ha dejado de creer en Dios, al que considera un obstáculo y entonces construye una moral de acuerdo a su codicia a sus intereses, se justifica diciendo sí creo en Dios, soy católico, voy a misa me golpeo el pecho, sin darse cuenta que, en este mundo actual, el dinero, la vanidad el poder político y económico, son los nuevos Dioses modernos, al cual el hombre rinde pleitesía.
El hijo prodigo ¿regresa a Dios?
Pagola dice: Dios no es indiferente al sufrimiento. Dios sufre con el que sufre. Dios nos interpela desde las víctimas inocentes.
Al igual que al hijo prodigo, Dios, espera todas las tardes que el hombre vuelva, regrese, que cambie, porque si el hombre no cambia, Dios no podrá cambiar el mundo, Dios es rápido para la misericordia y el perdón. “y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le beso”. (Lucas cap.15,20).
Es decisión del hombre volver hacia su creador, Dios, sabe de sus imperfecciones así lo creo, pero también espera, que el hombre reaccione y vuelva a él, para que juntos cambien este mundo enfermo, injusto y lleno de pecado, culmino diciendo lo que Dios dijo a JOSUE: cap.1,9 “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.