Por: Julio Failoc Rivas.
La opinión pública, desde que se inició la pandemia del Covid-19, se ha enfrentado a un gran dilema sobre que es más importante: ¿la salud o la economía? Sin embargo, en términos prácticos, la economía y la salud, han sido como dos automóviles que van por el mismo carril, pero en sentido contrario. ¿La solución es más cuarentena?
Desde esta columna hemos venido sosteniendo que esta falsa dicotomía, entre la salud y la economía, no ha permitido contar con una estrategia efectiva para enfrentar los efectos de la pandemia. Se reconoce que gran parte de las medidas del gobierno central han sido acertadas, pero incompletas, y con muy poco tino para involucrar a la población, y los gobiernos locales y regionales.
La cuarentena fue acertada, pero tuvo sus límites al no considerar la informalidad de la economía en la estrategia sanitaria, y cuya variable fue la causante de la ruptura del aislamiento social mucho antes que el gobierno la levantara, disparándose los contagios a los niveles en la que nos encontramos.
En Tacna y Moquegua, en un poco más de un mes, se ha más que triplicado los contagios y las muertes por COVID, y el sistema de salud está muy cerca de colapsar. Lo más lamentable de ello es que todo esto se pudo evitar, si en su momento, el responsable del Comando Covid de Tacna, hubiera implementado las medidas que un equipo de profesionales, le recomendó para detener los niveles de contagio y el colapso del sistema de salud.
Para muestra un botón. En el documento trabajado para Tacna, denominado “Estrategia de prevención sanitaria y socioeconómica para hacer frente al COVID-19” diseñado por un equipo de profesionales conocedores del tema, recomendaba crear una suerte “cerco de protección” para las personas adultas mayores y los grupos de poblacionales que tienen enfermedades con riesgo de muerte si se contagian de la Covid.
Era lógico plantear esta medida, porque, lamentablemente son los adultos mayores y los pacientes en riesgo, los únicos que pueden hacer colapsar el sistema de salud, tan frágil como el de Tacna que tiene muy poca capacidad de respuesta frente al COVID. Una persona contagiada, con éstas características, va a requerir hospitalización, luego UCI y finalmente respiradores mecánicos. Un dato: de los 10 pacientes que usan respiradores, solo tres se salvan.
Ahora el jefe del comando Covid de Tacna ha terminado por confesar que los contagios se van a disparar a 100 personas diarias, y se le ha ocurrido lo más fácil: proponer al gobierno extender la cuarentena a Tacna hasta el 31 de julio, cuando sabe (aunque es posible que no), que cerca los dos tercios de los pobladores viven del día a día y que, desde hace mucho tiempo, se ha roto la cuarentena.
¿Y porque en lugar de más cuarentena siguen las recomendaciones de proteger a la gente que se puede morir? Mucha chamba, ¿no? Seguiremos informando….