POR: GERMAN ARIAS
Nos aproximamos al medio año de cuarentena impuesto por el gobierno. En donde el panorama de nuestro país y nuestra región lejos de mejorar, se presenta cada vez más gris. Y según algunos especialistas, la peor parte aún está por venir.
En medio de esta gran crisis, se conmemorará los 91 años del retorno de Tacna al seno patrio. No hay duda que los ánimos y fervor patriótico por recordar tan importante fecha en estos momentos, no son los mejores. En realidad, en el fondo resulta difícil ignorar que estamos ante un absoluto colapso, no sólo del sector salud que se traduce en la falta de personal médico, infraestructura, medicinas y oxígeno; y que se ha cobrado terriblemente la vida de casi 300 personas. Sino también, de la bancarrota de una clase política que nos dirige.
Las malas decisiones de las autoridades, son de hecho, sintomáticas en todas las regiones del país. Con la particularidad que Tacna, tuvo mucho más tiempo que otras para poder elaborar un plan de acción que sirviera de soporte ante un escenario catastrófico como el que afrontamos actualmente. Sin embargo, no supieron prever ni estar a la altura que exige este momento histórico y trágico.
¿Son nuestras autoridades de la región los únicos responsables? El gobierno central, ha tenido también gran parte de culpa. Especialmente, en su lenta y desigual entrega del primer bono que, por cierto, viene ahora el segundo. Siendo irrisorio este apoyo para mantener al pueblo haciendo la cuarentena en sus casas. Situación que ha obligado a miles a tomar las calles para poder sobrevivir.
En otros países como Argentina (país sobre endeudado con el FMI) se ha aprobado la entrega hasta de 4 bonos y la misma cantidad en el país vecino de Chile, ¿y por qué aquí no? No se supone que tenemos una de las mayores reservas internacionales de este continente, y no era acaso que la tan “sacramentada” disciplina fiscal y ortodoxia económica, establecida después de la hiperinflación de Alan García, iba a servir para acumular fondos y utilizarlos en momentos de emergencia como estos. Nos han tomado el pelo.
A pesar de todo, el pueblo tacneño muestra signos de resistencia y lucha; con similar espíritu como tuvieron en otrora los hombres y mujeres que defendieron con coraje esta bendita tierra. En ese sentido, se han realizado cacerolazos por la condonación de agua y luz, plantones de trabajadores despedidos, movilizaciones contra la usura de los bancos, protestas de los comerciantes y ollas comunes.
Asimismo, los médicos y enfermeras, que están en la primera línea de batalla contra el Covid, tampoco se quedaron callados y alzaron su voz por sus justas reivindicaciones laborales. Por lo visto, este escenario agitado, seguirá teniendo como principal protagonista al pueblo, que ha demostrado que ante la adversidad no está dispuesto a amilanarse ni agachar la cabeza, sino salir en defensa de sus legítimos intereses.
