POR: MSC. ARQ. GUSTAVO PUMA CÁCERES (*)
El proyecto Majes-Siguas II, ha sido centro de intensas discusiones y polémicas por décadas; concebido con el propósito de aprovechar los recursos hídricos para expandir la agricultura en la región Arequipa, ha generado expectativas sobre su capacidad para impulsar el desarrollo económico y social, así como inquietudes sobre sus posibles repercusiones ambientales y sociales, ¡pero hasta mayo del 2024 no pasa nada!
La génesis se remonta a la década de 1960, cuando se planificó por primera vez como una respuesta a la escasez de agua en la región Arequipa. Su objetivo principal es erigir una serie de infraestructuras, incluyendo represas, canales y sistemas de riego, para derivar el agua del río Apurímac hacia tierras áridas en los valles de Majes y Siguas. La construcción de una presa con capacidad de 1,140 MMC, las derivaciones Angostura-Colca y Llulla-Siguas, así como los sistemas de distribución de riego y los canales laterales, permitirán generar aproximadamente 145 000 empleos y alcanzar una extensión de riego de 38 500 hectáreas en la zona agrícola.
Esta obra, tiene la promesa de un impacto significativo en la economía y la sociedad de la región Arequipa y que va de la mano con el Proyecto del Mega Puerto Corío.
La ejecución de Majes-Siguas II, ha estado marcada por una serie de desafíos a lo largo del tiempo; desde obstáculos financieros, técnicos, legales, políticos, conflictos sociales y ambientales; su implementación ha sido un proceso complejo y exigente hasta el día de hoy. La construcción de represas y canales podría tener efectos adversos en los ecosistemas acuáticos y terrestres, así como en las comunidades campesinas que dependen de ellos para su subsistencia. Además, la expansión de la agricultura irrigada podría aumentar la presión sobre los recursos naturales y provocar conflictos por la tierra y el agua.
Según el último reporte de la Contraloría General de la República, existen en el país un total de 2298 obras públicas paralizadas y está Majes Siguas que no reporta ningún avance en su ejecución física durante seis meses o más, a diciembre del 2023.
El proyecto se encuentra paralizado desde diciembre de 2017 debido a controversias entre la empresa concesionaria Angostura Siguas S.A. (Cobra Instalaciones y Servicios S.A. y COSAPI S.A.) y el Gobierno Regional de Arequipa, lo que ha dado lugar a un proceso de arbitraje ante la Cámara de Comercio de Lima (CCL) y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI).
Las causas principales de la paralización del proyecto se deben al incumplimiento del concedente en la entrega del control total del proyecto, especialmente en la compra de terrenos y expropiaciones. Además, según los cronogramas, el Gobierno Regional debía entregar la infraestructura hidráulica mayor de Majes Siguas I para junio de 2025, lo que incluía la rehabilitación de 88 km de túneles, 13 km de canales y poner en funcionamiento la infraestructura de Majes Siguas I; además, la infraestructura de Majes Siguas I se construyó hace 42 años y más del 80% de la infraestructura está dañada y para financiar esta rehabilitación el Gobierno Regional no cuenta con los recursos necesarios.
En 8 años, no se ha realizado ninguna reubicación de las familias afectadas y tampoco se ha construido la represa por la que fueron desalojados; algunos propietarios han dejado sus terrenos y migrado a la capital del distrito de Caylloma.
El 12 de julio de 2022 se firmó la adenda N° 13 que incrementó el costo de la obra en S/ 412’392,968.04, pero no se reiniciaron los trabajos. La obra tiene un costo total de inversión actualizado de S/ 2,448’642,649.88. A la fecha el avance físico de la inversión registra el 11.98% y un avance financiero de S/ 877’063,351.80 que representa el 35.80%.
Se plantea como posibles soluciones, que el Gobierno Central, a través del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) tome control del proyecto o que la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), asuma el proyecto bajo su administración; a la fecha, se viene evaluando el convenio de transferencia del proyecto al Gobierno Central, para lo cual la sociedad civil y el Gobierno Regional están requiriendo detalles sobre el proceso de reactivación del proyecto, incluyendo las etapas y los plazos; además, de cómo serán abordados los procesos arbitrales.
Es más que preocupante el retraso de este proyecto pues representa una pérdida anual de alrededor de 1000 millones de dólares, así como la pérdida de aproximadamente 250 000 empleos directos e indirectos. La falta de experiencia en la gestión de proyectos de este tipo y la nula eficacia y eficiencia de la actual Gobierno Regional de Arequipa como las que vienen atrás, son la principal causa de estos retrasos significativos en perjuicio de todo el pueblo de Arequipa y de la nación ¡64 años de desafío inconcluso!
(*) Artículo en colaboración con: Ing. Kevin Salas Quiroz, Ing. Juan Bruno Hualla Hualla e Ing. Germán Raúl Mamani Coila.
