lunes, 15 de diciembre de 2025
  • UDI Unidad de Investigación 969 164 351
  • Central de Noticias 956 424 000
  • Publicidad Edición Impresa 974 466 951

2025: Arequipa, el precio de la ineficacia regional y provincial

Arequipa tiene los recursos y el talento humano para ser líder en el Pacífico Sur; lo único que le sobra es la improvisación y lo que le falta es, urgentemente, gestión de calidad.

ARCHIVO

- Advertisement -

POR: GUSTAVO PUMA CÁCERES

Al cierre del tercer año de gestión de las actuales autoridades regional y provincial de Arequipa, la “Ciudad Blanca” enfrenta una paradoja alarmante: nada en la abundancia de recursos del canon y sobrecanon minero, pero se ahoga en la carencia de obras y sin visión de planificación. La administración regional y provincial 2023-2026 se define hoy por cifras rojas en ejecución presupuestal, proyectos emblemáticos paralizados y una crisis de confianza institucional que amenaza el desarrollo futuro de las nuevas generaciones.

LA TORMENTA PERFECTA DE LA INACCIÓN E INEFICACIA

Para entender la realidad de Arequipa en este 2025, es necesario mirar el retrovisor. Hace tres años, las promesas de cambio inundaron las plazas de la región. Se prometió destrabar Majes Siguas II, modernizar el transporte urbano, planificar y ordenar la ciudad y ejecutar y culminar los hospitales de primer nivel. Sin embargo, la realidad al finalizar este periodo es un escenario de estancamiento.

Tanto el Gobierno Regional de Arequipa (GORE) como la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA) han operado bajo un esquema que los especialistas denominan “incapacidad de gasto de calidad”. No se trata solo de que no gastan todo el dinero disponible, sino de que lo gastan mal o tarde. A pesar de contar con transferencias históricas por conceptos de minería, la ciudadanía percibe un deterioro en la calidad de vida, evidenciado en el caos vehicular, la inseguridad y la falta de infraestructura básica. Este artículo desglosa los tres pilares de este fracaso: la ineficiencia económica, la parálisis de infraestructura y la debilidad política.

EL MITO DE LA FALTA DE DINERO: INEFICACIA EN EL GASTO PÚBLICO REGIONAL–PROVINCIAL

El problema de Arequipa no es financiero, es gerencial. Según cifras oficiales del portal de Transparencia Económica (Consulta Amigable) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), al mes de diciembre de 2025 el Gobierno Regional de Arequipa apenas ha logrado comprometer un porcentaje preocupante de su Presupuesto Institucional Modificado (PIM) destinado a proyectos de inversión.

Esta subejecución no es un dato abstracto; tiene un costo social altísimo. Cuando el dinero se queda en las cuentas del Estado y no se transforma en carreteras, colegios o postas médicas, se incurre en lo que los economistas llaman “costo de oportunidad social”.

Consultado para este informe, el Dr. Carlos Adrianzén, economista y especialista en gestión pública, señala: “Lo que vemos en Arequipa es un caso crónico de ‘anemia administrativa’. Tener el dinero en el banco mientras la población carece de servicios básicos es, en la práctica, tan dañino como la corrupción. El dinero que no se invierte hoy se devalúa mañana, y las brechas sociales se ensanchan, afectando directamente a la empleabilidad de los jóvenes que buscan insertarse en el mercado laboral”.

La situación en la Municipalidad Provincial no es más alentadora. La falta de ejecución en obras de saneamiento y mantenimiento vial ha devuelto millones de soles al erario nacional o los ha dejado como “saldos de balance”, mientras las zonas periféricas del Cono Norte y Sur de la ciudad siguen esperando asfalto y agua. Lo peor de todo es que no saben por dónde empezar, ya que hasta la fecha Arequipa no tiene su Plan de Desarrollo Metropolitano (PDM) 2025–2045.

EL CEMENTERIO DE OBRAS: PROYECTOS PARALIZADOS Y EL FACTOR CORRUPCIÓN

El segundo pilar de esta crisis es la incapacidad técnica para llevar a cabo proyectos complejos. La Contraloría General de la República, en sus informes de control concurrente de 2025, ha alertado sobre decenas de obras paralizadas en la región. El caso más emblemático sigue siendo la incertidumbre en torno a la irrigación de las pampas de Majes–Siguas. Más allá de los litigios y las transferencias de titularidad, la falta de una gestión política firme ha postergado el sueño agroindustrial del sur.

Pero no es el único caso. La autopista Arequipa–La Joya, el puerto Corío y la eterna promesa de un nuevo Hospital Goyeneche son monumentos a la burocracia y a la falta de expedientes técnicos viables.

Un factor clave es la corrupción, donde los expedientes se elaboran malintencionadamente para generar futuras adendas —aumentos de presupuesto—, lo que paraliza las obras. Un alcalde distrital anónimo denuncia la nula coordinación entre gobiernos locales, regional y provincial, donde los expedientes presentados duermen por meses. Critica la falta de una visión integral de ciudad, ya que cada autoridad cuida su “parcela de poder”, abandonando las obras grandes que conectan distritos.

Esta situación se agrava por la inestabilidad y alta rotación de funcionarios y gerentes, que cambian cada tres meses, imposibilitando una hoja de ruta continua. Muchos de estos no cumplen con los perfiles técnicos que exige la Ley Servir. Esta rotación constante ha decapitado la memoria institucional de las entidades públicas, dejando los proyectos a la deriva con cada cambio de autoridad.

INESTABILIDAD POLÍTICA Y EL IMPACTO EN LA GENERACIÓN Z

El tercer punto crítico es el político y su impacto directo en el futuro de la juventud. La ineficiencia actual está hipotecando el futuro de la Generación Z arequipeña. La falta de un Sistema Integrado de Transporte (SIT) eficiente y digno no es solo una molestia; es una barrera económica para escolares, estudiantes universitarios y el pueblo en general, que pierden horas productivas en el tráfico.

La Cámara de Comercio e Industria de Arequipa ha advertido reiteradamente que la falta de infraestructura resta competitividad a la región, ahuyentando la inversión privada que genera empleo formal. Sin inversión pública que dinamice la economía, el sector privado se contrae.

El análisis político sugiere que las autoridades actuales llegaron al poder sin equipos técnicos sólidos, improvisando sobre la marcha. La política de “apagar incendios”, en lugar de planificar el desarrollo territorial, ha llevado a un crecimiento desordenado de la mancha urbana, depredando la campiña y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y el turismo, dos motores económicos locales.

UN LLAMADO A LA TECNOCRACIA Y LA VIGILANCIA CIUDADANA

Al cerrar el análisis de este 2025, la conclusión es severa pero necesaria: Arequipa ha perdido tres años valiosos. La combinación de ineficacia en el gasto, expedientes técnicos deficientes y una gestión opaca ha frenado el potencial de la segunda ciudad más importante del Perú.

No obstante, el diagnóstico no debe llevar al derrotismo, sino a la acción. El desafío para el próximo año electoral 2026 y para el futuro inmediato no es solo elegir “caras nuevas”, sino exigir equipos técnicos comprobados. La ciudadanía, y especialmente los jóvenes estudiantes y profesionales, deben pasar de la indignación en redes sociales a la vigilancia activa, a través de comités de obra y el uso de herramientas de transparencia. Arequipa tiene los recursos y el talento humano para ser líder en el Pacífico Sur; lo único que le sobra es la improvisación y lo que le falta es, urgentemente, gestión de calidad. Ya no más Roheles ni Riveras, ya no más improvisados.

Arequipa el precio de la ineficacia regional y provincial – 1 Foto Composicion Datos scaled La Prensa Regional

LO ÚLTIMO