POR: BETO LAJO PAREDES
Ejerció la Secretaría Nacional de Organización del Partido Aprista Peruano; lo conocí, en diciembre de 1977 en la Convención Departamental del Aprismo arequipeño, ahí dictó una magistral conferencia sobre, “Espacio – tiempo – histórico”, tesis filosófica de Haya de la Torre, sustentada, científicamente, en el relativismo de Albert Einstein, cuya premisa es “cada fenómeno físico tiene su espacio y su tiempo”; el fundador del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) lo aplica a la filosofía política, dice: “cada fenómeno histórico, tiene su espacio y su tiempo”. El conferencista relievó la “libertad de los pueblos para decidir su organización”; refutando al marxismo, basado en el determinismo de Isaac Newton, en el que Carlos Marx, propone, equivocadamente: “los países atrasados seguirán la ruta de los países desarrollados”, cayendo en el desarrollo lineal y europeísta del mundo. La historia, la ciencia y la realidad, nos viene demostrando la diversidad de fórmulas de desarrollo de los países, incluso, en un mismo país se han ejecutado diferentes planes de desarrollo, por ejemplo, el desarrollo actual del Perú, de democracia y economía abierta, es muy distinta, al modelo de desarrollo del Tawantinsuyu iInca.
Fue el representante más joven de la Asamblea Constituyente de 1978, siendo cabeza de lista a diputados por Lima, por disposición del partido aprista, hizo campaña dando discursos en todo el país en las Elecciones Presidenciales de 1980; llegó a Mollendo, ante la multitudinaria ciudadanía concentrada en la plaza Bolognesi, desde el balcón de la esquina de la calle Arequipa, se dirigió; minutos previos al mitin, pidió, a los dirigentes, designar a un compañero a su lado para la información de temas y datos a incorporar en el discurso, me dieron esa tremenda tarea. Me preguntó: ¿cuáles son los temas de interés en Mollendo?, le respondí, el anhelo del retorno de la Ley 16111, Ley Mollendo propuesta y aprobada por la Célula Parlamentaria Aprista en el Congreso de la República del período 1963 – 1969, dada para su centenario de 1971, pero, frustrada en su ejecución por el golpe de Estado de 1968; dicha norma autorizaba el financiamiento de importantes obras orientadas a convertir y consolidar al Puerto Bravo su condición de Balneario del Sur, las mismas no se ejecutaron. Alan, con su oratoria persuasiva, habló de la referida ley, planteando su actualización y reivindicación para los mollendinos, arrancando estruendoses aplausos y expresiones de aprobación; así fue con otros temas que al oído le transmitía; esta actitud de Alan, me sorprendió y despertó mi admiración, por esa evidente capacidad de improvisar en pleno discurso, sin tener apuntes en papel y confiando en lo señalado por el compañero escogido para delicada labor.
Con su primer libro: El futuro diferente: la tarea histórica del APRA, Alan García renovó la política, desmarcándose de los políticos que no escriben, e innovó la doctrina aprista, actualizándola a los avances de la filosofía, ciencia y tecnología de fines del siglo XX, y creando la nueva bibliografía de las ciencias sociales en nuestro país de diagnóstico y propuesta, superando a los científicos sociales de la época anclados en el análisis del problema sin plantear soluciones. Destaco del texto citado, el problema de los “circuitos financieros” y la propuesta de una “sociedad democrática y cooperativa”. El Futuro Diferente, fue su guía en su primer gobierno 1985 – 1990.
En octubre de 1982, en una reñida elección partidaria con Carlos Enrique Melgar, Alan García asume la Secretaría General del Partido Aprista, sacándolo de la crisis sumida, a la muerte de Víctor Raúl (1979), a la derrota electoral en las elecciones de 1980, donde triunfó el Arq. Fernando Belaúnde, era la primera vez que el Apra perdía, diríamos limpiamente, al cisma entre Armando Villanueva y Andrés Townsend. En medio de este complicado panorama, emerge la figura del joven político, hijo y nieto de apristas; motivando al poeta, exclamar: “el Apra no había muerto, pero Alan lo ha resucitado”; llevándolo al triunfo, en primera vuelta, en 1985.
El domingo 14 de abril de 1985, los ciudadanos peruanos cumplieron su deber de elegir, el 53% votaron por el candidato aprista, de 180 curules de la Cámara de Diputados, resultaron electos 108 apristas (mayoría absoluta), de 60 senadores, 32 fueron apristas (mitad más uno); era la primera vez que, el Perú aceptaba y respetaba la elección del Partido Aprista Peruano, cosa que no hicieron con Haya de la Torre, a quien le cerraron el paso a la Presidencia de la República, a sangre y fuego. Como personero, soy testigo, de gente mayor al votar, decían: “toda mi vida he esperado este momento” de triunfo aprista. Hubo compañeros, creían que el Apra, no iba a llegar al poder nunca, Alan García acabó con ese pesimismo.