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Un referéndum que cambiará al Perú

Estas reformas de la constitución a pesar de ser tan importantes para el futuro del País tienen sus detractores y hay quienes pretenden nadar contra la corriente, por ello algunos creen que atacando al Presidente podrían intentar modificar alguna propuesta en su paso por el Congreso.

POR: ÓSCAR VÁSQUEZ ZEGARRA

ASESOR DE COMUNICACIONES DEL DESPACHO PRESIDENCIAL

“Somos un gobierno nacido de la inestabilidad política, por lo que tenemos claro que nuestra responsabilidad histórica es la de solucionar esa inestabilidad, de contribuir a generar instituciones sólidas, sin corrupción y que estén cerca de la ciudadanía”.

Sus palabras retumbaron en el Congreso con un mensaje que tocó los corazones de la mayoría de peruanos, el Presidente Martín Vizcarra asumía el liderazgo para reescribir la historia de nuestra patria. Largo tiempo de opresión e injusticia y una corrupción que ya parecía destruir los cimientos de nuestra endeble democracia nos llevaron a un escepticismo generalizado, hasta que surgió la figura del moqueguano con una decisión férrea y una fortaleza que despertó la esperanza.

“Como presidente de los peruanos y peruanas estoy haciendo todo, absolutamente todo, lo que constitucionalmente me es posible y lo seguiré haciendo”.

 Demostraba así que el camino estaba marcado por la constitución, de la mano con el pueblo, entusiasmado de poder participar en una consulta popular.

Hoy en el Consejo de Ministros se pone a debate y aprobación las otras consultas, además de la reforma de la justicia, la reelección o no de los congresistas, la bicameralidad y el financiamiento privado a los partidos políticos.

El Congreso también someterá a debate estas propuestas y una vez aprobadas se deberá dar pase al referéndum que se espera será una fiesta democrática.

Estas reformas de la constitución a pesar de ser tan importantes para el futuro del País tienen sus detractores y hay quienes pretenden nadar contra la corriente, por ello algunos creen que atacando al Presidente podrían intentar modificar alguna propuesta en su paso por el Congreso.

En este contexto algunos audios donde mencionan al Presidente son hábilmente magnificados con la esperanza de provocar un rechazo de algún sector de la población. Antonio Camayo, con prisión preventiva, decía en uno de esos audios de la vergüenza que salía de Palacio de Gobierno de una supuesta reunión con el mandatario. Como bien define Mirko Lauer, en reciente artículo titulado “Recoja ese nombre” La expresión en inglés Name dropper alude a quienes sueltan nombres impactantes en la conversación, dando a entender que conocen a esas personas, sea cierto o no. No tenemos una versión en castellano. Quizás sería algo así como alguien que quiere acollerarse. Pero todos podemos reconocer la práctica cuando escuchamos esta manera de mandarse la parte.

La fecha 05 de abril, tres días después de la juramentación del primer gabinete Vizcarra, para quienes no lo saben Palacio de Gobierno sede del gobierno, es resguardado por las fuerzas armadas, nadie entra a sus instalaciones sin invitación y claro está con el registro correspondiente, el mismo que es transparente y se publica en la página web del despacho presidencial, hay que pasar por una serie de estrictos controles.

En el registro de visitas no figura el ahora famoso “Toñito” incluso, en una revisión minuciosa se descubrió que había ingresado casi tres meses después de esa fecha el 26 de junio a la PCM junto a una delegación de la Sociedad Nacional de Industrias que fue recibida por el Premier. Cita que fue solicitada por el Presidente de dicha institución Ricardo Márquez Talledo ex vicepresidente de Alberto Fujimori.

Cuando los periodistas le preguntaron al Presidente si conocía o tenía alguna relación con Antonio Camayo, el mandatario fue preciso y claro, No lo conoce y jamás ha tenido diálogo o conversación con él ni siquiera por vía telefónica.

Posteriormente en otro audio en conversación del expresidente de la corte de Justicia del callao, también preso, Walter Ríos y el juez supremo Cesar Hinostroza, mencionan que el tal “Toñito” les había contado que es amigo del Presidente y que bebía ron Zacapa en su casa. Esta fanfarronada tenía precio ya que Toñito según ese mismo audio, facturaba fuerte en la corte del Callao.

Un estafador que traficaba con influencias imaginarias y que a pesar de la contundente realidad –el Presidente llegó del avión al Congreso desde Canadá- hizo caer en su juego a los que buscaban acercarse al llamado circulo de poder del nuevo Presidente.

Que algunos políticos le busquen tres pies al gato con el afán de jalar agua para su molino es más que evidente pero que algún periodista despistado quiera sembrar alguna duda en esta novela es lamentable. El Presidente no puede salir a los medios a desmentir a cada zamarro que menciona su nombre cuando ya dejó claramente sentada su verdad, no conoce ni a Camayo ni a los otros parlanchines que han sido descubiertos en toda su dimensión para vergüenza del país.

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