Moquegua, la atracción del poder y el futuro

Nadie ama a su patria porque es grande, sino porque es suya – Séneca.

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Óleo - Remembranzas - Juan Carlos Salas Condori - Programa MPMNM 2018

POR: CÉSAR CARO JIMÉNEZ

Este año, Moquegua recuerda un aniversario más de su Fundación, –al margen de la validez de la fecha, que poco importa dada la tradición establecida por nuestros ancestros–, entre olvidos que se están haciendo costumbre y orgullos que hacen recordar algunas fabulas de Esopo y Samaniego.

En el primer caso, me refiero a quien ha sido el mayor intelectual moqueguano del siglo XX, querendón y mayor literato de los hechos y personajes de nuestra historia, desde que allá por los fines de los años cincuenta escribiera su pequeña pero monumental obra “Pequeña Antología de Moquegua”, la cual creció con el correr del tiempo en páginas y relatos, siendo hoy por hoy el referente máximo de la historia moqueguana, conjuntamente con otras obras intelectuales que siempre de una u otra manera han estado ligadas a nuestro devenir.

Me refiero a Ismael Pinto Vargas, quien por vez primera ya no está físicamente con nosotros con un aniversario de Moquegua…y me temo quizás, producto no sé si de la ingratitud o de la incapacidad intelectual, ha sido el gran olvidado en esta ocasión: ¡Grato hubiese sido contemplar o asistir a un evento en cual se le recordara o se le rindiera homenaje, perennizando su amor por Moquegua, designando con su nombre alguna calle o colegio importante!

Porque tan digno de loas y recuerdos presentes y futuros son quienes defienden la seguridad ciudadana y las fronteras patrias, como aquellos que comunican ideas en el campo del periodismo, la política honesta, la historia, la filosofía, la literatura, la educación, la justicia, la medicina, etcétera siempre y cuando defiendan también nuestras tradiciones, nuestra lengua y cultura, es decir nuestra personalidad histórica y moral, tan discutida y a veces tan agraviada por identidades extrañas, que en lugar de adecuarse a las nuestras, procurando crear nuevos matices compartidos, quieren imponer las suyas.

Y si bien es cierto, que la regla de oro de la democracia no consiste en convencer a todos, sino a la mayoría, no podemos olvidar que la política puede definirse como la lucha por el poder. Y el poder atrae. El poder ciega, a tal punto que muchas veces se pasa de la adoración extrema al descredito total, como lo vemos en estos días en nuestra escena política, donde uno de los personajes principales, –que cuenta con altos índices de aprobación–, es alguien a quien consideramos muy cercano: Martín Vizcarra Cornejo, de quien tengo y se con plena seguridad, quiere a Moquegua.

Sin embargo, hoy como hace 26 siglos en la Grecia de Pericles, la gran cuestión sigue siendo la capacidad de escribir y pensar de forma autónoma, sin convertirse en propagandistas del poder y ser un testigo critico de los procesos históricos, sin cegarse por el mismo y de ser necesario tener un amplio margen para denunciar los abusos del poder y los errores de los gobernantes. El papel del intelectual crítico sigue siendo esencial en la sociedad, más aún en nuestros días donde la información y a veces el exceso de datos interesados o deformados abruma y desorienta al individuo.

Albert Camus dijo una vez que “puede que lo que hacemos o escribamos no traiga siempre la felicidad, pero si no lo hacemos tampoco habrá felicidad”. Esa es la gran cuestión y la tarea a la que no se pueden sustraer quienes anteponen la búsqueda de la verdad a la sumisión del poder, que otros tantos adoptan, bien por interés, bien por miedo, bien por corrupción…

Pero retornando a Moquegua, a su futuro y a Martín Vizcarra Cornejo, como Presidente Constitucional del Perú y por consiguiente de todos los peruanos, cabría pedirle que en algo imite a Odría, quien supo ingeniarse para favorecer a Tacna, para solicitarle que no decaiga –a pesar de las circunstancias geopolíticas—, en propiciar la construcción del denominado Corredor Ferroviario Bioceánico Central, estableciendo todos los estudios y convenios que lo hagan factible en el menor tiempo posible. Retroceder en dicho propósito sería vergonzante y conspiraría contra el desarrollo futuro de todo el sur del Perú.

Y ya que estamos hablando de ferrocarriles, cabe indicar que también tiene otra tarea fundamental, en la cual también está en juego la autoridad del Estado Peruano: interponer sus buenos oficios, en procura de lograr un entendimiento racional satisfactorio entre la SCC y Anglo American Quellaveco para la utilización por esta última de la línea férrea de la SCC. Acuerdo que teniendo como marco el denominado “bien común”, permitiría que ganen ambas empresas, que gane el Estado a recaudar más impuestos y, sobre todo, que los habitantes de la Región, vean y sientan que aparte de haber menores riesgos ambientales, habría mayor incremento del canon minero.

Asimismo, más allá de los juegos artificiales y las visitas a Palacio de Gobierno, habría que pedirle, –entre otras cosas—que: se establezca claramente la ubicación actual de la mina de Toquepala. Asimismo, estudiar la posibilidad, –especificando previamente objetivos, roles y prioridades–, de crear una Región modelo o piloto conformada por los actuales departamentos de Moquegua y Tacna. Asimismo, procurar aclarar con los departamentos vecinos todo lo relacionado a los límites geográficos.

Coordinar con Anglo American Quellaveco, la posibilidad de revisar los acuerdos logrados en la Mesa de Diálogo que presidió, específicamente en lo relacionado a lo laboral y económico. Recordar que lo ofrecido, si bien es meritorio comparado con los aportes voluntarios de la Southern Copper Corporation (SCC) en todos estos años, se diluye si se tiene en cuenta el valor accionario presente de Quellaveco y se considera además que los mil millones serán prorrateados durante todos los años de operación.

Conversar con la SCC, en procura de que reconozca sus obligaciones económicas por la ocupación ilegal de Quebrada Honda para el depósito de sus relaves.

Disponer, que la SCC proceda a la devolución de las acciones laborales propiedad de la Comunidad Minera de Southern, y al pago de dividendos generados y/u otros que fueron motivo de una demanda judicial que data del 26 de abril de 1996, la cual ha sido ganada por la comunidad en todas las instancias judiciales.

Procurar retomar el diálogo con el Banco Mundial, previa identificación de proyectos viables en el ámbito departamental, a fin de lograr el aporte de dicha entidad a los mismos, considerando que vendió a la Mitsubishi el 18.1 de las acciones que poseía en Quellaveco a US$ 888 millones de dólares, no habiendo invertido más de US$ 50 millones de dólares. Lograr que se comprometan a financiar en forma compartida el dotar de servicios de agua y saneamiento en toda la región. Asimismo, que una misión del Banco revise con nuestros técnicos y el sector privado todos los planes existentes, tanto de competitividad y desarrollo, brindándonos las recomendaciones del caso.

Incentivar la creación de un Centro de Estudios Tecnológico de alto rendimiento y calidad que forme técnicos de primera en Moquegua. El mismo contaría con el auspicio de todas las empresas ubicadas en el departamento, las cuales aparte de indicar que tipo de personal requiere o requerirá, se comprometerán a brindar practicas a los estudiantes en sus instalaciones.

Brindar las facilidades del caso, para que la Universidad Nacional de Moquegua, pueda contar con mayores recursos y establecer convenios con universidades extranjeras que permitan intercambio de catedráticos e incluso de alumnos.

Desarrollar un plan integral de desarrollo agrícola departamental, que considere tanto culminar el Proyecto Pasto Grande, como nuevas irrigaciones y represas.

Solicitar a la Controlaría de la República que aparte de realizar un análisis profundo en todas las instancias municipales y sobre todo regionales, establezca los mecanismos del caso para lograr que Moquegua, llegue a ser el primer departamento libre de corrupción tanto en el sector público como privado.

De lograrse algo o parte de lo anterior, tengo plena seguridad que más temprano que tarde, un “nuevo sol radiante nos iluminará”, y nuestra patria chica, volverá a ocupar el lugar que antaño e históricamente tuvo y debe volver a tener…permitiendo que Martín Vizcarra Cornejo pase a la historia moqueguana en un sitial semejante al del Mariscal Domingo Nieto Márquez.

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