POR: DR. ENRIQUE AZOCAR PRADO
Jorge Basadre escribió: “(…) los podridos han prostituido y prostituyen palabras, conceptos, hechos e instituciones al servicio de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y de sus apasionamientos (…). Los podridos han hecho y hacen todo lo posible para que este país sea una charca (…). Toda la clave del futuro está allí: que el Perú escape del peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo o de convertirse en una gigantesca fogata” (1978).
“Podrido” es aquel que extorsiona, que trafica y que roba; el ciudadano que corrompe funcionarios; el funcionario que se deja corromper; la autoridad que se aprovecha de su cargo público para beneficio propio; quien desde su rol de Policía colabora con el crimen; la autoridad que comete peculado; el político que defrauda la confianza de sus electores; el magistrado que desde su sagrada misión de impartir justicia libera narcotraficantes, asesinos y violadores. Estos son los “Podridos”.
Los “Podridos” contaminan, contagian y envenenan todo lo que tocan. Son como las bacterias que infectan, se multiplican y hasta pudren otros organismos sanos. Conceptos como: Orden, Legalidad, Justifica, Honestidad, Libertad, son palabras huecas en sus labios y en sus escritos.
Los “Podridos” son aquellos que prostituyen los valores más sagrados de la sociedad y que, hipócritamente dicen representar.
¿Qué hacer? Nos queda el silencio cómplice, el grito airado o la denuncia constante. Hay que reconocer y señalar al “Podrido”.
Hay que apartarse de él, pues es como un organismo infectado: nos contagiará con apenas un roce. Hay tres opciones: o le sonreímos hipócritamente (por actitud cobarde), asumimos su defensa legal y ante la opinión pública (pues estamos tan “Podridos” como él) o le señalamos y denunciamos como un organismo infecto.
Es la denuncia firme y constante, la única posición valiente que TODOS debemos asumir.