Castelbuono, es una idílica y pequeña localidad italiana perteneciente a la provincia de Palermo, en la región de Sicilia, una gran isla al sur oeste de Italia rodeada por el mar Tirreno.
El otrora puerto de Mollendo, fue testigo de la presencia de inquietos jóvenes inmigrantes europeos, unos procedentes del antiguo puerto de Santa Rosa de Islay (clausurado por el gobierno en 1871 para dar lugar a la apertura del puerto de Mollendo) y otros de ultramar.
ITALIANOS
Destacan en un gran número los italianos, unos procedente de Liguria, Génova, Calabria y del sur de Italia, entre los apellidos conocidos son los Rubatto, Campodónico, Caferatta, Versace, Delfino, Oliva, Gambetta, Franceschi, Iannacone, Gariboto, Gismondi, Caparoni, Grassa, Trebino, Capurro, Rospigliosi, Ricottini y por supuesto Fiascunari, varios de ellos dedicados al trabajo portuario, como aduaneros y lancheros, otros eran bodegueros, panaderos y empresarios.
IL CASTELBUONESI
Don Francisco Fiascunari il castelbuonesi (originalmente llegó en 1872 como Francesco Fiascunaro) nació en 1859. Es cierto que de don Pancho como así lo conocían, se sabe muy poco, pero que dejó descendencia está claro.
SU DESCENDENCIA
Se casó con la dama arequipeña Eusebia Julia Ureta de la Jara (nació el 3 de marzo de 1853) procreó cinco hijos: Ricardo Salvador, nacido en Mollendo el 6 de febrero de 1874. Ángela Matea, nació el 20 de septiembre de 1876. Magdalena Maximinia, nació en Arequipa el 6 de junio de 1880. Josefa Eusebia Ruperta, nació en Mollendo el 19 de marzo de 1886 y Josefa Herminia Fiascunari Ureta, nació el 11 de mayo de 1889 en este puerto.
TRABAJADOR LANCHERO
Los Fiascunari Ureta vivieron en la calle Alfonso Ugarte Nº 59, la más rúa antigua y comercial de Mollendo, cerca al muelle. Trabajaba como lanchero de una empresa aduanera, su labor consistía en el transporte, como el embarque y desembarque de pasajeros y mercaderías. Una labor bastante agitada y hasta varias veces eran explotados por inescrupulosos empresarios que aprovechaban la paciencia y humildad de los lancheros, boyeros, parihualeros, donkeros y los jornaleros (años después se les conocerá como estibadores) que poblaban este importante sector portuario.
MOVIMIENTO OBRERO, POLÍTICO Y SINDICAL
A inicios del siglo XX, Mollendo ya presentaba una tendencia al movimiento obrero, político y sindical en su aspecto organizativo. Empieza a fomentarse huelgas generales cada vez más frecuentes, que por sus formas orgánicas siguen las corrientes europeas, en la defensa de los trabajadores que protegen las mismas reivindicaciones, en parte debido a que fue fundado a menudo por inmigrantes europeos.
Las noticias internacionales eran muy notorias en Mollendo, procedían del puerto de Valparaíso debido a que las primeras informaciones de los movimientos obreros se transmiten mediante folletos elaborados por los dirigentes del mencionado puerto chileno y luego serán distribuidos a sus pares portuarios peruanos, siendo los vaporinos los encargados de distribuir los mencionados documentos ideológicos.
HUELGA DE TRABAJADORES PORTUARIOS Y FERROVIARIOS
Lamentablemente el 15 de julio de 1902 se produce en el puerto una huelga general de trabajadores portuarios y ferroviarios, en protesta por los abusos de la empresa concesionaria inglesa como la Peruvian Corporation Company y del gobierno, así como de mejoras salariales. La Prefectura de Arequipa a cargo del inefable coronel José Domingo Parra, envía un contingente de fuerzas represivas por el ferrocarril para sofocar el movimiento huelguístico a “sangre y fuego”. Los manifestantes recorrieron las principales calles de la ciudad de Mollendo (Mercaderes, Arequipa, Tambo y Ugarte). El movimiento se agravó cuando el gatillo asesino de los agresores dispararon a los manifestantes para dispersarlos, producto de estos ingratos sucesos, fallecieron don Pancho Fiascunari, un honesto trabajador lanchero que no participaba, simplemente estaba observando la manifestación cerca a su casa. De igual manera fueron alcanzados por los disparos, el trabajador ferroviario don Mariano Adriazola y la humilde madre de familia doña Toribia B. de Bossio, vecinos del lugar. La muerte de estos trabajadores fue instantánea.
PARTIDA DE DEFUNCIÓN
El vicario de la iglesia Inmaculada Concepción, Juan Bautista Arenas Málaga, redacta la partida de defunción: Año del señor de mil novecientos dos, a quince de julio. Yo, Juan Bautista Arenas, cura de este puerto de la Santísima Concepción de Mollendo, sepulto el cuerpo magno de Francisco Fiascunari de edad cincuenta años, natural de Italia, casado con Julia Ureta, murió recibiendo solo la absolución, la muerte fue producida por un balazo, para que conste firmo, Juan B, Arenas. Similar partida de defunción fueron de don Mariano y doña Toribia.
Sus restos fueron enviados aceleradamente al cementerio General de Mollendo que tenía solo tres años de apertura, siendo el lugar de inhumación hasta ahora desconocido. Trece años después en 1919, los tres ejemplares trabajadores fueron declarados como los Primeros Mártires de los Trabajadores del Perú con motivo del establecimiento de las Ocho Horas de Trabajo.
SE REQUIERE CENOTAFIO
Existiendo en Mollendo bastante desconocimiento sobre este acontecimiento histórico, urge la necesidad de colocar un cenotafio en el cementerio local: “Aquí en este Camposanto, yacen los restos de los Tres Mártires de los Trabajadores del Perú”.
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Toribia B. de Bossio – madre de familia
Francisco Fiascunari – lanchero
Mariano Adriazola – ferroviario
Para que sean recordados y ser parte de la Historia Laboral de Mollendo y el Perú.