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Bolivia: exportaciones hacia la variedad

POR: ECONOMISTA JORGE ACOSTA ZEVALLOS 

Bolivia como el Perú y varios otros países latino americanos se caracterizan por tener preponderantemente por contar con comercio exterior especializado en materias primas, muy especialmente recursos minerales. Esa es una característica que lo tienen casi en toda su vida republicana.

La pregunta obvia es: ¿Por qué no logran diversificar sus exportaciones? Las respuestas son varias. La primera de ellas es la adaptación que tuvieron la mayoría de los gobiernos nacionales al status quo y al sometimiento a los gobiernos del imperio como ocurrió con las repúblicas bananeras.

Segundo, el fracaso de los ensayos de fomentar otras exportaciones, una de ellas es la propuesta Cepeliana de sustituir las importaciones, otras son las políticas heterodoxas de favorecer a grupos económicos con incentivos tal como ocurrió en el Perú con Alan García y el grupo de los doce apóstoles, pero la más grave es y ha sido la extremadamente neoliberal que señalaba que todo lo resuelve el mercado y que el Estado solo debería jugar un papel subsidiario, es decir no intervenir, no orientar ni planificar el desarrollo.

Atribuyen que esta dio resultados en algunos países como Chile, pero la economía del vecino país si bien realizo cambios industriales sigue siendo economía de exportaciones primarias.

En las teorías del comercio exterior sucede algo parecido, tenemos las tradicionales y las nuevas del presente milenio. Respecto de las primeras Adam Smith plantea el “modelo de la ventaja absoluta” que indica que cada país debe especializarse solo en la producción en la que tienen ventaja absoluta y que todo lo hace el mercado (la mano invencible).

David Ricardo va mas allá y propone el “Modelo de la ventaja comparativa” que indica que el país debe exportar en donde tiene especialización comparativa y que es posible contar con mutuos beneficios. El “Modelo Heckscher-Ohlin” afirma que los países se especializan en exportaciones de los bienes cuya producción es intensiva en el factor en el que el país es abundante. Como deducimos las teorías añejas tienen matices de diferencia, pero básicamente se parecen.

Las novísimas teorías son más interesantes pues tratan se superar las anteriores. Así tenemos la Teoría del Coste de Oportunidad, de G. Haberler explica el comercio exterior en términos del costo de oportunidad que se define como la cantidad de un bien o servicio a la que debemos renunciar a producir para producir otro bien o servicio.

Esta teoría se complementa con la teoría de los Modelos de factores específicos que no solo basa su análisis en el factor trabajo, añade el factor capital y naturaleza buscando ampliar las posibilidades de producción, si esto ocurre se amplían también las posibilidades de consumo, como efecto se amplían también las opciones de variar las producciones y los beneficios a los consumidores sean estos trabajadores, capitalistas o laboradores de la tierra. Siempre en un escenario de libre comercio internacional.

Bolivia pretende transitar a la diversificación productiva, sin embargo, esto no es de un día a otro, tomará su tiempo, pero la visión está señalada. Actualmente el país del altiplano tiene una exportación tradicional que representa el 79%, cifra que es muy alta debido a que su territorio contiene muchos recursos naturales.

Así tenemos que los productos tradicionales más exportados son el Gas y otros hidrocarburos con el 35%, mientras que los minerales son el 44%. Se confirma entonces la premisa que exportamos aquello que requiere y demanda el mercado internacional.

Nuestra opinión es que el Gas no debería estar como exportación tradicional porque hasta donde sabemos esta es de las últimas décadas. Respecto a las exportaciones no tradicionales los bienes son varios algunos con valor agregado.

Su valor porcentual en las exportaciones llega al 21%, de ellas es la Soya y derivados la más importante con el 10%.

Destacan la variedad de productos tradicionales que Bolivia vende al mercado exterior y podrían ser los que contengan la ventaja comparativa desde el costo de oportunidad para los próximos años, así tenemos: Castaña, joyería, quinua, maderas, bananas, girasol y derivados, cueros, azúcar, leche, palmito, frijol, café, confecciones textiles, cacao y otros productos.

Las exportaciones han comenzado a incrementarse y dan divisas, estás estabilizan la moneda y dan posibilidades que desde el Estado de mejorar la infraestructura para acrecentar la atracción industrial y agrícola. Esos son los retos de un país a quien la historia le negó la mediterraneidad.

La pregunta de rigor es: ¿Cuáles y cuántos de estos bienes podrán ser exportados por el puerto de Ilo?

Exportaciones de Bolivia – Enero – Agosto 2018

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